Radio América. El Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), presentó los resultados de un sondeo de opinión pública que se realizó en el marco de la crisis generada por los efectos de la pandemia en Honduras.
La encuesta titulada “Temor y prudencia ciudadana en la pandemia, pero descontento con su gestión: de la visión apocalíptica de la corrupción a la demanda de cambios”, presenta las percepciones de la ciudadanía sobre la pandemia, se aproxima a conocer en los hogares los efectos de la crisis sanitaria y la crisis económica asociada.
Además los resultados evidencian la opinión ciudadana sobre los organismos anticorrupción y su efectividad para combatir la corrupción, presente y futura.
El universo entrevistado en la encuesta del CESPAD, fue de personas adultas entre 18 años y más, de los 18 departamentos del país, tanto de la zona rural como urbana.
¿Le preocupa o no, la pandemia a las y los hondureños?
Entre los hallazgos, la encuesta retrata que la ciudadanía está altamente preocupada por la pandemia del COVID-19 y sus impactos en la salud y la economía del hogar.
El 79% de los consultados en este sondeo tienen mucha (72%%) o alguna (7%) preocupación, mientras las personas que tienen poco o ninguna preocupación son el 21% (12% y 9%, respectivamente).
La economía hondureña, golpeada fuertemente por la pandemia
En relación con la economía y el impacto del confinamiento en las familias, los resultados de la encuesta indican que el 63% de la población empeoró su situación durante la pandemia, mientras que, apenas el 3% manifiesta haber mejorado y un 33% restante dice que sigue igual. En suma, una gran mayoría de los hogares hondureños han sufrido fuertemente las consecuencias del coronavirus en sus economías.
“Improvisación y descalificación”, es la percepción ciudadana al manejo de la pandemia, por parte del Gobierno Hernández
Los resultados de la encuesta indican que hay una fuerte descalificación ciudadana a la forma en que la administración de Juan Orlando Hernández ha gestionado la crisis provocada por el COVID-19 y percibe una improvisación tal, que da valores muy bajos al desempeño de las instituciones y funcionarios, vinculadas con el manejo de la pandemia.
La descalificación es generalizada (de una puntuación de 0 a 10, otorga 3.38 de desempeño promedio) y retrata, de manera particular, al Poder Ejecutivo como cabeza.
La percepción de corrupción en la institucionalidad del país también es alta
Con la Presidencia como el gran señalado, la percepción que tiene la ciudadanía sobre el nivel de corrupción en el país se traslada a su institucionalidad. La presidencia de la República aparece como la entidad que la población juzga más afectada por la corrupción con un 86%, y esa valoración es seguida por los otros dos poderes del Estado: el Congreso Nacional, con un 85%, mientras la Corte Suprema de Justicia destaca con un 84%.
Desde luego que INVEST-H, como el gran señalado por corrupción durante la pandemia, aparece en las primeras filas, pero después de estos tres mencionados, con un 83.2%. Cabe destacar que en la última encuesta sobre corrupción del CESPAD, en noviembre del 2019, estas tres entidades aparecen con casi idéntica puntuación, pero estaban desplazadas del primer y segundo lugar por los partidos políticos y la Policía Nacional (en aquel entonces con 88% y 86.4%, respectivamente).
Expectativas de mejoras en la lucha contra en la corrupción son cada vez menores.
Hasta septiembre del 2020, apenas un 25% de la opinión ciudadana creía que la lucha anticorrupción mejoraría (con MACCIH este porcentaje era del 39%). Y es que, de manera general, la población ha reducido su optimismo y un gran detonante lo constituyen los actos de corrupción durante la pandemia.
La ciudadanía considera que luego de las experiencias en el tema, durante el periodo de la pandemia, la lucha anticorrupción no tendrá avances porque seguirá igual (43%), o porque empeorará (22%). Ante el contundente 65% de pesimismo, solo un 25% de la población sigue albergando esperanzas de que habrá mejoras.