Radio América. El analista político, Olban Valladares, dijo este lunes que el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, actuó con “soberbia” y abofeteo al pueblo hondureño al no llegar a un acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que significó la cancelación de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH).
“Allí es donde se emplea la palabra `soberbia´, en que aquí se está abofeteado al pueblo hondureño todos los días y yo creo que eso tiene un límite y que ese límite va a ser muy caro”, advirtió.
Indicó que la decisión del gobierno, es un reflejo que los funcionarios actuales y los que estuvieron anteriormente, están temerosos que en cualquier momento les tocan las puertas para presentarles un requerimiento fiscal por sus actitudes y acciones irregulares, ilegales y bochornosas, que cometieron en su momento en que ocupaban posiciones.
Explicó que actúan con soberbia, porque es inexplicable que el gobierno de un país, no oiga el clamor, las demandas y las exigencias de todo un conglomerado.
Agregó, que no es posible que el gobierno de la República, este “pintando” con “soberbia” todos sus actos.
Recordó que innumerables organizaciones se pronunciaron, durante todos estos meses, a favor de que la MACCIH continuara en el país.
Ingenuamente creí, y lo miraba desde el punto de vista político, que al gobierno de la Republica y particularmente al gobernante, Juan Orlando Hernández Alvarado, era a quien más le convenía que continuara la MACCIH y que iban ir a Washington a mejorar aquellas cosas que han servido de blanco para criticar a la Misión de Apoyo, pero no que iban ir a terminar con ella.
Valladares calificó el informe de la OEA de ser totalmente “tibio” y, el del gobierno de la República, a través de la cancillería, de ser “burdo”.
“Siguen pensando que el pueblo hondureño todavía está en los años treinta o en los cuarentas, del siglo pasado, en que la imposición gubernamental era totalmente incontrastable”.
Declaró que al darse cuenta de la noticia funesta que no iba a continuar la MACCIH, le preocupó y empezó atar cabos, que eso sólo era el final de un drama ya anunciado en el prólogo, “ya sabíamos lo que iba a pasar en la novela”.
Cuestionó que quienes integraban la delegación de Honduras para abordar el tema de la MACCIH eran representantes del gobierno y es precisamente el gobierno el más señalado por la Misión de Apoyo.
Allí no había representación de la sociedad civil, no había representación de los diputados que apoyan a la MACCIH, que es un grupo significativo y serio, como para ponerles atención, pero no los tomaron en cuenta.
Señaló que, el presidente Hernández, sabe perfectamente bien que ha venido cometiendo errores graves desde el principio y que uno de esos errores, el más graves y la piedra angular de todos los conflictos políticos y sociales, es la reelección presidencial.
Algo que fue creado de manera cosmética, rompiendo todos los estándares de la legalidad y de la jurisprudencia.
Desde ese momento venimos de irregularidad en irregularidad y lo de la MACCIH ya es el colmo, puntualizó.
Recordó que en los años 50 del siglo pasado cuando había movimientos en contra el gobierno constituido del doctor Villeda Morales había una frase en una emisora clandestina que decía “la violencia no construye, tampoco la demagogia” y se decía, además, que “en las Fuerzas Armadas estaba el futuro de Honduras”.
Añadió que, lastimosamente, ahora no se le puede agregar esa coletilla de que en las Fuerzas Armadas está el futuro de Honduras porque, lamentablemente “los hombres y mujeres de uniforme fracasaron en su responsabilidad de mantener la alternabilidad y el respeto a la Constitución de la República”, concluyó.
Con información de Douglas Varela