Mario Fumero
Frente a la crisis mundial del coronavirus, los gobiernos del mundo han optado de abrir su confinamiento para salvar la economía, tomado medidas para evitar su propagación y han establecido una abertura inteligente de la “cuarentena, porque ya tiene casi 6 meses de parálisis productiva. Este confinamiento ha detenido la producción, la industria, y conducido a la economía del país a una grave crisis que pronostica una recesión.
Ya resignados a tener que convivir con el COVID-19, han optado por abrir el camino la apertura, y dar paso lentamente a la vida norma, para lo cual se han implementado un protocolo de bio-seguridad que permita reactivar la economía a fin de evitar la propagación del contagio y a la vez proveer una catástrofe económica que dejaría más muertos que el Covid-19.
Durante casi seis meses, en Honduras, se ha insistido por todos los medios de comunicación en que la gente debe observar ciertas medidas sanitarias para evitar el contagio, como es el mantener la distancia, usar mascarilla, lavarse las manos o usar un gel y evitar el contacto físico en grupos cerrados, en dónde se aglomeran mucha gente. El gobierno, frente al colapso de una economía y la posible pandemia del hambre que se vislumbra, ha optado por aplicar una apertura inteligente para activar la quiebra de la empresa privada y del mismo Estado, que depende de los impuestos generado por la venta y producción, pero vemos con tristeza, que pese a las campañas de concienciación sobre la medida de seguridad, la gente persiste en no seguir las instrucciones sanitarias dadas para evitar la propagación del virus, y como consecuencia, aunque la apertura es inteligente, si la gente es necia y persiste en una actitud como que tienen actualmente, tristemente se desencadenará la extensión del virus, y el retroceso al retorno a la normalidad.
No es posible aplicar una abertura inteligente frente a un virus tan contagioso cuando la gente es terca y carece de disciplina, y no quieren obedecer las pautas trazadas por las autoridades de salud, lo cual nos puede lleva a una crisis peor, como es la recesión, el hambre y el desempleo.
Si observamos los países que han superado esta pandemia, notaremos que aquellos que son obedientes, disciplinados e inteligentes, han superado rápidamente el Covid-19, como por ejemplo Japón, Cora del Sur, Taiwán y China, pues son países disciplinados y por lo tanto, el contagio ha sido frenado. Pero no ocurre lo mismo en américa latina, en donde por su indisciplina, la crisis de contagio se agudiza, ya que no quieren obedecer las leyes de higiene para la prevención.
Nuestro problema no es abril economía, nuestro problema es que la gente entienda la forma en que debemos de actuar y comportarnos frente a esta apertura llamada “inteligente” pero nuestro pueblo negligente y necio, no obedece los protocolos establecidos, por lo que tristemente volveremos estar confinado o terminaremos siendo enterrados. Es ahí que se cumple la Palabra de Dios “Donde no hay sabiduría, el pueblo perece”.