Radio América. El cardenal Óscar Andrés Rodriguez en la homilía dominical, cuestionó a los hondureños que buscan enriquecerse a raíz de la venta de insumos para combatir la pandemia del COVID-19.
Rodríguez Maradiaga hizo hincapié en el enriquecimiento de ciudadanos en referencia al evangelio de este domingo, donde invita a permanecer unidos al señor Jesús y como resultado serán frutos abundantes.
En tal sentido, dijo, “estamos empeñados en vencer la pandemia, pero ¿cómo lo estamos haciendo?, si estamos unidos a Jesús lo vamos a lograr, pero si es el espíritu del mal, la codicia, el robo, el enriquecerse aún en tiempo de sufrimiento y alterando los precios de los insumos necesarios, no estamos unidos a Él”.
“El sarmiento -ramas de un planta- que da fruto es aquel que está unido a Jesús. El que no está al espíritu del mal, a la codicia y al robo no podrá dar fruto, aunque haga toda la propaganda del mundo”, insistió.
Para el purpurado, el ciudadano está llamado a crecer y vivir plenamente en la gracia de Dios, porque quien no da fruto se arranca de raíz y quien da, se poda para seguir en el camino hacia el Señor.
“Hay que permanecer con Jesús para poder dar fruto y el que se separa de Jesús es como un sarmiento estéril que no da ningún fruto. ¿Qué es permanecer en Jesús?, es dejarnos impregnar por el espíritu santo, dejarnos amar, sentidnos amado con un amor que ninguna circunstancia de la vida podrá desparecer”, reflexionó.
El obispo hondureño insta a la población a reflexionar y permanecer junto a Cristo para no carecer de vida, “él que renuncia a permanecer con cristo, renuncia a vivir plenamente. Cuando nos separamos experimentamos que la vida se esta secando y que no tienen gusto y sentido”.
En la homilía, el cardenal invita a cristianos a aceptar las pruebas que vienen del Señor.
“Hay tantos cristianos que dicen ¿por qué me pasa esto a mi sí estoy cerca del señor?, acuérdense que el sarmiento que da un buen fruto lo podan para que de mayor y mejor fruto. Vendrán pruebas y no tenemos preguntar ¿Por qué?, acaso la vasija le pregunta al alfarero ¿por qué me has hecho así?, dijo.
«La vid es un arbusto que tiene un tronco que le llaman la sepa. Ese tronco produce muchas ramas que se llaman los sarmientos y por eso el señor nos habla, yo soy la vid verdadera. Quiere decirnos que toda vida viene de él», contextualizó Rodríguez Maradiaga.