La situación económica de Honduras, se mantiene en un unos parámetros no del todo equilibrados, las expectativas económicas y comerciales no son muy satisfactorias, un análisis definido del tema nos lleva a concluir que se hace necesario esfuerzos para poder encarrilar el país por otros caminos, los antecedentes de orden político y sobre todo los graves problemas sociales que enfrenta el país, conducen a pensar que se hace necesario un cambio acelerado que nos permita reconducir el Estado por nuevos derroteros. Captar mayores inversiones. Los esfuerzos emprendidos por una serie de mecanismos creados por el Estado no han dado los resultados requeridos, debido a la inseguridad ciudadana y jurídica que es un valladar que frena todas las iniciativas. Que constriñe la evolución del país. De tal manera que nos vemos abocados a profundizar reformas a la mayor brevedad posible, el empobrecimiento de la población es más que notorio y no digamos el porcentaje de miseria que ha subido escandalosamente, todo debido al crecimiento demográfico, un asunto al cual no se le ha dado la atención debida.
Un análisis del Producto Interno Bruto o Tasa de Crecimiento Económico, nos da como resultado, que desde 2010 a las expectativas del 2019, Honduras no crece. El deslizamiento o mejor dicho la devaluación de la moneda y un gobierno cuantitativo, nos ha llevado a que las cargas impositivas aumenten de una manera exagerada, ya sean en impuestos directos o en multas no justificadas legalmente. Con las perspectivas de una devaluación del 5% para el año actual. En lo que respecta al comercio exterior, seguimos dependiendo de dos mercados básicos, USA y la Unión Europea y descuidando la que tenemos más cerca nuestra área natural que es Centro América, donde las exportaciones representan únicamente un 18.9 por ciento. En cuanto a las importaciones se incrementaran en un 5.4% y las exportaciones asimismo disminuirán un 3.7%, de lo que se desprende que el déficit se sigue agudizando. Las reservas monetarias crecieron en parte por las remesas que alcanzan casi los cinco mil millones de dólares (4.861.20), así como las exportaciones de manufacturas que han aumentado un 4.1% más. La alharaca de que las inversión extranjera directa progresaran, es todavía un sueño, se tiene proyectado que ascenderían a 1.275.1 millones de dólares. En cuanto a los ingresos tributarios para el presente año se esperan captar casi cuarenta y ocho mil millones de lempiras, los cuales se destinaran en mayor escala a atender el gasto corriente y el pago del servicio de la deuda pública. El rezago en educación y salud, es notorio, y peligroso.
Reiteramos, que es el sector privado quien mueve la economía del país y es quien como cirineo carga con la cruz del desarrollo del país y por ende de la generación de empleo y de riqueza. Como contraparte, recibe, palos y amenazas de parte del gobierno, un ejemplo más de lo que sucede en esta Centro América nuestra. Menos mal que la iniciativa de la Unión Aduanera pretende mejorar la desastrosa imagen de los gobiernos del área y aquí no hago exclusión. Los organismos de la Integración deben de jugar un papel de mayor decisión y me refiero al SICA, que es un mecanismo decorativo que no ha podido hacer frente a la problemática que enfrenta el pueblo nicaragüense, por más que su secretario general se justifique.
Si hacemos un recuento sobre una población de 10 millones de habitantes, nos damos cuenta que el 61.9 por ciento de la población vive en un estado de pobreza y que para alivio de muchos males desde el año 2006 hasta el 2019 se han gastado 491,946 millones de lempiras. Concluiríamos, muy a nuestro pesar, que seguimos sin levantar cabeza, pobreza que nos sigue abatiendo como pandemia que no podemos superar por la corrupción que llega al alma. Y, sí es en competitividad seguimos para atrás y en doing business pésimo.
Del Estado de Derecho, lo único que podemos distinguir es el famoso gobierno abierto, los demás, un Estado ruinoso, derechos fundamentales, restricciones a los poderes del gobierno, derechos fundamentales, orden y seguridad, por mencionar algunos factores, estamos peor que cuando estábamos mal. Progreso social, ni es digno de mencionar, hospitales y escuelas ruinosas, con eso sobra y basta. Otros males, los impuestos y cargas que ya mencionábamos. Crear empresas un desastre. Trabas administrativas, que horror.
“El índice de corrupción indica que entre más nos acercamos a “O” más corrupto puede ser un país: En consecuencia, Honduras, ocupa la tercera posición como de los países percibidos como más corruptos en comparación con los principales competidores de la región, donde Nicaragua y Guatemala tienen los peores indicadores”.
Atajo de ladrones. Tanto daño producen los corruptos como los corruptores.
Por: J.E. MEJÍA UCLÉS
[email protected] martes, a 19 de Marzo de 2019.