Tegucigalpa, 30 may (EFE).- Honduras conmemora este domingo el «Día del Árbol» en un ambiente de mucha destrucción de sus bosques que arrastra desde hace mucho tiempo, lo que ha contribuido a la alta vulnerabilidad del país ante los desastres naturales.
La destrucción de los bosques hondureños es visible en los cuatro puntos cardinales del país centroamericano, de 112.492 kilómetros cuadrados, que en su mayoría son montañosos.
Montañas que en el reciente pasado estaban cubiertas de pino o árboles de hoja ancha, ahora lucen despobladas y en muchos casos sirviendo para cultivos agrícolas y alimentación del ganado.
En algunas regiones los cerros incluso han sido utilizados para la siembra de palma africana, actividad que comenzó a tener mayor auge partir del decenio de los 70 del siglo pasado.
Las campañas de reforestación que todos los años desarrollan organizaciones públicas y privadas pareciera que son insuficientes por la acelerada destrucción de la foresta hondureña.
El daño ambiental que sufre Honduras también se refleja en ríos en cuyos cauces no tienen agua durante el verano, pero en el invierno se desbordan y causan severas inundaciones.
El país, uno de los más vulnerables del mundo a los desastres naturales, no se recupera todavía de los graves destrozos que dejaron en noviembre las tormentas tropicales Eta e Iota en la mayor parte del territorio, aunque con una magnitud más grande en las regiones norte y occidente.
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