Entre 1966 y 2020 Honduras ha sufrido los embates de decenas de huracanes, tormentas y depresiones tropicales, que le han dejado daños graves a su infraestructura y frágil economía.
Los más devastadores han sido Fifí, Mitch, y ahora Eta e Iota, que en menos de dos semanas han destruido una buena parte de la infraestructura y economía.
Fifí, en 1974, dejó 10.000 muertos y pérdidas por unos 500 millones de dólares.
Mitch, que fue el más devastador, en escala 5, que había azotado a Honduras, dejó daños en todo el país, lo mismo que en Nicaragua, Guatemala y El Salvador, aunque menos graves.
Este fenómeno dejó más de 5.000 muertos, destruida toda la infraestructura productiva del país y sumergidos en el agua su agricultura, ganadería e industrias, entre otros daños severos, que fueron calculados en unos 4.000 millones de dólares.
Eta e Iota han dejado en Honduras alrededor de 100 muertos y pérdidas que podrían superar los 10.000 millones de dólares, según analistas locales.
Los huracanes Iota y Eta, que recién han azotado a Centroamérica, han revivido otros mortíferos fenómenos similares que en los últimos 50 años dejaron mucha muerte y destrucción, en una región cada vez más vulnerable a los desastres naturales.
Nombres como Fifí, Mitch y ahora Eta e Iota, han significado para los pueblos centroamericanos, principalmente Honduras, Nicaragua y Guatemala, decenas de miles de muertos, pérdidas económicas y materiales que se han contado por miles de millones de dólares, y millones de personas damnificadas entre 1974 y 2020.
Pueblos enteros como Choloma y Morolica, en el norte y sur de Honduras, y Panabaj, a la orilla del lago Atitlán, en Guatemala, fueron desaparecidos por huracanes como Fifí, en 1974, Mitch, en 1998, y Stan, en 2005.
CENTROAMÉRICA VIVIRÁ SIEMPRE EN EL OJO DE LOS HURACANES
«Este tipo de fenómenos definitivamente lo vamos a tener todos los años y no tienen una relación directa con alguna otra actividad atmosférica», dijo a Efe el físico Nabil Kawas, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah).
Agregó que los huracanes «se están volviendo más extremos y con una vida un poco más corta, antes duraban de unos seis a ocho días», subrayó Kawas. EFE