El Tabasqueño, así con mayúsculas porque se trata de un ciudadano que ostenta la Presidencia de un país conquistado y colonizado por los españoles, quienes llegaron a esas tierras en 1492, ha dado lugar a muchas opiniones, sensaciones e interpretaciones de la historia que sería prolijo aquí enumerar, pero que se hace necesario eso sí, puntualizar, de cara a mostrar que quien se olvida de su historia, tiende a tergiversarla y adaptarla a sus propios intereses y creencias.
Y, en este caso específico es oportuno puntualizar la cita de Max Weber, quien en su conferencia Política y vocación, hace patente, hace un siglo, en 1919: “El mundo está gobernado por demonios, y el que se deja llevar y utiliza el poder y la fuerza como medios pacta con sus poderes diabólicos.
En cuanto a sus acciones, no ocurre lo contrario. El que no lo vea así está en la infancia política”, que es mi parecer, lo que le acontece a Don Andrés Manuel López Obrador.
Héctor Aguilar Camín, refleja en uno de sus escritos que la historia de los criollos novohispanos es la del resentimiento y la hazaña cultural de la fundación de una nueva sensibilidad nacional.
Para afirmarse ante los españoles peninsulares los criollos crearon, en el lento curso de los siglos, algunos de los motivos simbólicos más persistentes de la nacionalidad mexicana…De espaldas a España durante el siglo XIX, como consecuencia lógica de su independencia, alcanzada en 1821, la incipiente nación mexicana dio la espalda también a la zona mayor de su propio pasado, la Nueva España, el molde donde había nacido y madurado.
La revolución mexicana de 1910 trajo consigo la aparición de la extraordinaria diversidad social étnica y cultural del país…la pluralidad de México, abriendo sus puertas a todos los pasados y presentes del país.
El primer acercamiento del México y de España en el siglo XX se dio con la España del Exilio, la España republicana, perdedora de la guerra civil, fue Lázaro Cárdenas, espejo en el cual se refleja Andrés Manuel, quien recibe a la diáspora riquísima, 20.000 personas, que fecundó como ninguna la cultura y la vida intelectual de México, fiel reflejo de ello es la creación de La Casa de España, hoy Colegio de México.
Sin desconocer aquel tesoro que asimismo aportaron transportado en el yate Vita, que contribuyo a las finanzas de las arcas mexicanas y a la pervivencia del Gobierno Republicano en el exilio. La España que gano la guerra con la ayuda del Eje, la realidad franquista volvió a ser el discurso público mexicano, con muy buenas y sobradas razones, el reino del oscurantismo, la intolerancia, la sepultura del progreso, que como ave fénix resucita en la constitución española de 1978.
Gentil seguidor de la filosofía Neotomista, López Obrador, encarna el pacto entre el monarca y el pueblo, en su diseño de la política, no es la suma de los ciudadanos que votaron por él, de opiniones distintas y plurales. El pueblo es un cuerpo místico que encuentra su ser y su razón de ser en la comunión con el líder, populista y nacionalista.
Una vez decretada la mística identidad entre el líder y el pueblo, todo se transfigura. Él no se equivoca, como diría Enrique Krause, es el líder, y si sus actos autoritarios parecen autoritarios en realidad son actos liberadores.
Pretende seguir a Allan Kardeck, en sus estudios del espíritu como lo hacia Madero, y combatir según su apreciación el neoporfirismo, como él mismo lo ha dicho es el hombre providencial que cambiara completamente a México, y, arriesgara su vida por la causa de la libertad.
El pedir 527 años después que el Rey de España Felipe IV y Su Santidad el Papa Francisco, pidan perdón por la conquista de México y por los daños causados a los pueblos originarios, es como no darse cuenta de la transmutación que han sufrido estos pueblos.
Fray Bartolomé de las Casas, es quien desde los siglos XV y XVI, refleja la verdadera historia de la conquista española, vivió éxitos, fracasos, anhelos, luces y sombras, como encomendero y posterior fraile. Sostuvo en medio de las vicisitudes complejas, la fuerza de seguir el camino de la valoración y las promoción de la dignidad de los indígenas americanos.
Venir ahora a que a sacar caldos trasnochados, es algo que me lleva a pensar que la política exterior de México, va por un camino tortuoso, primero fue su no participación en las decisiones de condena al régimen de Maduro en Venezuela, emprendida por el Grupo de Lima, dejando la interrogante de haber recibido dinero de Chávez y de Maduro para llegar a la presidencia; ahora enviando cartas para que justifiquen el perdón por la conquista de su territorio.
Más le vale que se la dirija a Trump, para que justifique la expansión norteamericana a costa de los intereses mexicanos, encabezados por su Alteza Serenísima Antonio López de Santa Anna. México perdió el 50% de su territorio a costa de Polk, de manera descarada, invadiendo México, el Tratado de Guadalupe Hidalgo, de 1848, es una muestra palpable.
López Obrador es igual que Trump, hasta en eso se parecen, en vez de tender puentes tienden muros. Qué barbaridad.
[email protected] miércoles, a 27 de marzo de 2019.