Radio América – El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez en la homilía de este domingo en la Catedral Metropolitana, llamó a todos los hondureños a no ser indiferentes con los que están sufriendo por la epidemia del dengue, virus que ha dejado al menos 48 víctimas mortales, de acuerdo a datos brindados por las autoridades de Salud.
El Arzobispo de Tegucigalpa recalcó la parábola del Buen Samaritano y pidió observar la realidad de los que más sufren y ayudarles, y de esa manera llegar a ser mejores cristianos.
«No veamos con los ojos de las estadísticas, han muerto tantas personas por dengue, pero esos muertos son números en una estadística, ¡no!, hay que verlos con los ojos del corazón y de la misericordia, hoy día el Ministerio de Salud nos llama a trabajar todos, ninguno de nosotros puede estar ausente de ese gran esfuerzo», dijo Rodríguez.
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El máximo representante de la Iglesia Católica hondureña llamó al pueblo a colaborar para erradicar el dengue, dejar a un lado el decir que «eso no me toca a mí», porque su alrededor esté limpio. «Todos tenemos que ser corresponsables porque sino estamos como esos que pasaron indiferentes (al ver a aquel hombre abandonado y herido) en la parábola El Buen Samaritano».
¿Cómo va a ser que nos sintamos indiferentes cuando siguen muriendo niños, jóvenes, adultos, por esta epidemia que se puede prevenir?, reflexionó.
Amor al prójimo
Rodríguez instó a los hondureños que no tienen problemas por el dengue ayuden a otros que si lo tienen. «El amor siempre comienza con la humildad, el amor se abaja como Jesús en el lavatorio de los pies ante sus discípulos, el amor acorta distancias, el amor se despoja de uno mismo, nadie puede amar si no se despoja del personaje del orgullo, de actitudes de superioridad, aquellos que ven al prójimo por encima del hombro como que si son superiores.
El encuentro con el otro es posible solo para aquel que se abaja, que deja la cabalgadura del orgullo, de la auto afirmación de sí mismo, y de la ambición de poder. Aquel que está emborrachado de poder nunca va a ser un buen samaritano porque es incapaz de ver el sufrimiento del otro», expresó.
El prelado manifestó que el amor se traduce en actos al prójimo, y es necesario acercarse para ayudar al caído, al herido, al hambriento, a aquel que es víctima de la injusticia, de quien ha sido despojado de sus derechos de persona y que vive sin horizonte en la vida.
«Ciertamente Jesús es el verdadero Buen Samaritano, es el que ve al ser humano perdido, desorientado, la mirada de Jesús está presente en todo el Evangelio, no brota solo de sus ojos, sino de las entrañas de su amor misericordioso», agregó.
Rodríguez cerró su mensaje reiterando el llamado para que «nadie se quede indiferente ante el llamado a erradicar la epidemia del dengue con la acción de cada uno, con un zancudo que eliminemos estamos colaborando, pero no seamos indiferentes ante el sufrimiento de los niños y los más necesitados».