CNN. Nueva Zelanda ha logrado un hito envidiable: más de 100 dÃas desde que su último caso de coronavirus fue adquirido localmente de una fuente desconocida.
Hasta el lunes, el paÃs habÃa reportado 1.219 casos confirmados, incluidas solo 21 infecciones activas, todas en instalaciones de aislamiento administradas. No habÃa surgido ningún caso por transmisión comunitaria en 100 dÃas, anunciaron las autoridades el domingo, y todas las nuevas infecciones provenÃan del extranjero.
En total, la nación insular de 5 millones de personas ha informado 22 muertes por coronavirus.
Mientras otros paÃses, incluidos sus vecinos del PacÃfico, Australia, y Estados Unidos, continúan luchando contra los brotes, Nueva Zelanda se ha presentado como un ejemplo de cómo combatir el covid-19. Una razón clave es que, aunque el paÃs parece tener el coronavirus bajo control, las autoridades todavÃa realizan pruebas a miles de personas al dÃa.
«Hemos visto en el extranjero lo rápido que el virus puede resurgir y propagarse en lugares donde antes estaba bajo control», dijo el domingo el director general de Salud, Dr. Ashley Bloomfield.
«Necesitamos estar preparados para acabar rápidamente con cualquier caso futuro en Nueva Zelanda. No decepcione al equipo, ninguno de nosotros puede permitirse el lujo de hacer eso».
Lo que hizo Nueva Zelanda
La estrategia de Nueva Zelanda era simple: en palabras de la primera ministra Jacinda Ardern, el paÃs tenÃa que «esforzarse y hacerlo pronto».
Cuando Ardern cerró la frontera a los extranjeros el 19 de marzo, el paÃs solo tenÃa 28 casos confirmados. Y cuando anunció un confinamiento nacional el 23 de marzo, solo habÃa 102 casos confirmados y ninguna muerte.
El confinamiento de Nueva Zelanda fue relativamente estricto: no habÃa comida para llevar ni playas y no se podÃa conducir fuera del propio vecindario. Las reglas más estrictas estuvieron vigentes durante unas cinco semanas, pero el paÃs permaneció bajo confinamiento efectivo durante otras dos semanas.
Todo eso era parte de la estrategia más amplia del paÃs: la eliminación.
«La eliminación no significa erradicar el virus de forma permanente de Nueva Zelandai; más bien, se trata de confiar en que hemos eliminado las cadenas de transmisión en nuestra comunidad durante al menos 28 dÃas y podemos contener de manera efectiva cualquier caso futuro importado desde el extranjero», según el sitio web del Ministerio de Salud.
Nueva Zelanda esperó hasta que bajó su curva antes de levantar las restricciones. El 8 de junio, cuando Ardern anunció que se levantarÃan todas las restricciones, casi 40.000 pruebas en los 17 dÃas anteriores no habÃan arrojado un solo resultado positivo.
Desde junio, el paÃs ha vuelto casi a la normalidad y no ha habido necesidad de volver al confinamiento.
Nueva Zelanda también combinó el confinamiento con estrictas restricciones fronterizas. Solo los ciudadanos pueden ingresar al paÃs y deben pasar dos semanas en una instalación aprobada por el gobierno. A los neozelandeses que regresen a casa se les cobrará ahora 3.100 dólares neozelandeses (US$ 2.040) por las instalaciones si regresan temporalmente.
En total, se han identificado 95 casos confirmados en la frontera y el 70% de los casos del paÃs fueron casos importados o relacionados con la importación, según las estadÃsticas del Ministerio de Salud.
Lo que Nueva Zelanda no hizo
En todo el mundo, se ha puesto mucho énfasis en el uso de mascarillas para controlar la propagación del coronavirus.
Pero en Nueva Zelanda, las mascarillas no han sido una herramienta importante contra el brote.
Hay algunas razones para eso. El paÃs no tiene una cultura de usar mascarillas y en marzo, cuando Nueva Zelanda se preparaba para entrar en cuarentena, era difÃcil comprarlas en las tiendas locales. Para cuando la gente pudo salir en público y viajar nuevamente por el paÃs, habÃa muy pocos casos de coronavirus en la nación.
Además de las estrategias de salud pública de Nueva Zelanda, el paÃs tenÃa algunas ventajas naturales.
No tiene fronteras terrestres, lo que le da más control sobre quién ingresa al paÃs. Y no está densamente poblada; según datos del Banco Mundial, Nueva Zelanda tiene solo 18 personas por kilómetro cuadrado, en comparación con 36 en EE.UU. y 275 en Reino Unido. India, que tiene el tercer número más alto de casos en el mundo, cuenta con 455 personas por kilómetro cuadrado.
Pero el hecho de que las mascarillas no hayan sido parte de la estrategia de Nueva Zelanda en el pasado no significa que ese sea el caso en el futuro. El Ministerio de Salud recomienda que todos los hogares se preparen para otro posible brote abasteciéndose de mascarillas.
«Es una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo», dijo Bloomfield a la emisora nacional Radio New Zealand la semana pasada, cuando se le preguntó si era inevitable otro caso de transmisión comunitaria en Nueva Zelanda. «Estamos trabajando sobre la base de que podrÃa ocurrir en cualquier momento».