Radio América. La intensivista e internista, Ingrid Urbina, cuestionó este miércoles en el noticiero Estelar de Radio América el protocolo Maíz que el Gobierno anunció que repartirá en todo el país, para tratar pacientes con COVID-19.
El día de hoy encontramos en redes sociales, el protocolo Maíz pack, lo que contiene y la forma de tomarlo, nos sorprendió e impactó ver la dosis propuesta de este tema para uso ambulatoria, comenzó señalando la galena.
Siguió exponiendo, “la dosis propuesta de ivermectina es de 200 miligramos y las tabletas son de 6 miligramo, una cantidad que se han propuesto en todos los protocolos a nivel mundial es entre dos o tres tabletas por día, no 200 miligramos como esta proponiendo Maíz”.
El protocolo Maíz tradicional solo contenía cuatro medicamentos, en primer lugar, el Microdacyn que es un medicamento de uso toxico que ya la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) emitió un dictamen a través del Centro de Información en Toxicología (Centox). “No hay respaldo para el uso”, indicó.
La ivermectina es un medicamento que en altas dosis puede causar efector neurotóxicos y la polémica surge con hidroxicloroquina que la han metido en este protocolo “hidroxicloroquina combinada con la azitromicina es toxica, la OMS ya emitió un comunicado diciendo que se debe detener el estudio utilizando estos medicamentos”.
Indicó que en el seguro social “estamos utilizando” porque no hay nada más que darle (pacientes), pero la utilización de azitromicina e hidroxicloroquina se desprende de un estudio en Italia con tan solo 20 pacientes y ahora hay un estudio de 96 mil pacientes en cinco continentes y concluye que no hay beneficios.
Señaló que, en Honduras, no podemos estar con una enfermedad que ya es letal, con fármacos que pueden ser pernicioso y sin supervisión adecuada.
La galena pidió su homólogo del protocolo Maíz que retire la hidroxicloroquina que se está repartiendo a granel, “no es posible que el Gobierno apueste que la apertura inteligente se va a basar en repartir a granel un tratamiento, que no tiene evidencia científica de ser eficaz en poder erradicar el COVID-19”.