Radio América. El expresidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa (periodo 2010-2014) lamentó este domingo el terrible incidente en donde perdieron la vida seis reclusas de la cárcel de Támara en la que guarda prisión su esposa Rosa Elena Bonilla de Lobo.
“Lamento la pérdida de estas personas que fue más por enfrentamiento de grupos rivales”, manifestó el exmandatario.
“Doña Rosa en la mañana muy dolida me llamó y entre sollozos me contó cómo ocurrió todo”, dijo.
Los gritos de alarma de fuego y el humo le creó desesperación y más aún al ver que nadie les abría las puertas de las celdas en el recinto situado al norte de Tegucigalpa.
“Rosa está bien”, señaló con alivio al ser consultado sobre la situación de su esposa.
Ante el hecho de pánico “me comentó esta mañana diciendo que eran ocho, pero vale mas que son seis y que habían tres heridas, pero aparentemente solo son dos”, apuntó.
La exprimera dama acusada de corrupción detalló al exgobernante que el incendio comenzó en una zona de preliberación en la que antes estaba cerca de la unidad donde se encuentra recluida su pareja. “Ahora Rosa está en otro módulo”.
Lobo Sosa se quejó de la terrible sobrepoblación penitenciaria en el Centro de Adaptación Social (Cefas) por mujeres arbitrariamente detenidas, como lo sería el caso de su esposa, señaló.
“La preocupación de estos a veces es solo meter gente a la cárcel y lo demás como que no les importa”, dijo.
Señaló que la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) no querría liberarla e imponerle medidas pese haber acumulado tres meses más de confinamiento de lo que la ley permite.
El expresidente asegura existir una “sarta de injusticias” en el sistema de justicia del país.
Desde su salida de la presidencia, mencionó, el hacinamiento en PNFAS se elevó considerablemente de 150 reclusas a 900, lo cual no puede seguir siendo posible, señaló.
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