América Latina subestima de forma generalizada las muertes por COVID-19, lo que no es sólo una «curiosidad estadística», sino un hecho que oculta «las implicaciones sociales, económicas e incluso políticas» que la pandemia tendrá en la región.
Así lo afirma en una entrevista con Efe el director regional para América Latina y el Caribe del PNUD, Luis López-Calva, quien ubica el subregistro de la mortalidad en la región entre un 25 % y un 80 %.
Para López-Calva actuar para que esa cifra se aproxime a la situación real es importante para establecer las políticas públicas adecuadas y atajar los daños de una pandemia que afecta a la región «de una forma distinta que al resto» del mundo.
De hecho, el golpe del virus va a causar un «choque demográfico» en Latinoamérica y conocer el impacto que ya está causando en la destrucción de «capital humano» permitirá abordar la crisis con mejores herramientas.
– Pregunta: ¿Qué significa exactamente que exista una subestimación de muertes por COVID-19 en América Latina?
– Respuesta: Es importante tener en cuenta varias cosas de corto plazo, y otras de mediano y largo plazo.
¿Por qué nos interesa contar bien las muertes por COVID? Pues nos interesa en el corto plazo porque nos permite medir mejor la magnitud del problema y, si tenemos datos geográficos, ver dónde están los puntos de mayor concentración de la enfermedad para poder establecer políticas concretas.
Y lo segundo, que es muy importante, es saber que este choque demográfico de la COVID va a tener implicaciones para la región en términos de sus patrones, incluso fiscales, en el futuro.
– P: ¿A qué se debe la tasa de subreporte?
– R: Yo creo que la subestimación, tanto de enfermos como de muertes por COVID, es difícil pensar que es una política explícita. Más bien es el resultado de decisiones que se han tomado con anterioridad. (…).
Al comparar la mortalidad reportada por COVID con los datos históricos vemos una diferencia. No decimos que toda sea subestimación de COVID, solo decimos que la cifra real de muertes debería estar dentro de ese rango.
Y ahí vemos que el rango es muy amplio y entonces no podemos decir cuál es la verdadera mortalidad, pero sí decir que es muy superior a la reportada.
P: ¿Existe algún ejemplo concreto de esa afectación en el «capital humano»?
R: Bueno, el ejemplo a destacar sería el de los dos ámbitos más afectados, como son el educativo y el de la salud.
Esta es una crisis de gobernanza, que ha puesto a prueba los sistemas de salud, educación, fiscales y de protección social.
P: ¿Y por qué la mortalidad tiene consecuencias tan graves en la región?
R: En la región el patrón es diferenciado. El COVID ha sido mucho más democrático en términos demográficos, ha estado más distribuido que en otras zonas.Y un punto importante es insistir en algo que también es un tema de gobernanza, como es la invisibilización de algunos grupos en su afectación.
P: ¿Qué pueden hacer los Gobiernos para solucionar esto?
R: Algo que han hecho muchos es reconsiderar los registros de gente que murió con diagnóstico de neumonías atípicas, esa clasificación médica, que no es COVID oficialmente pero que en análisis estadísticos también vemos que han tenido un exceso sobre el promedio de gente muerta por este diagnóstico en años anteriores.
P: ¿Qué urgencia hay para conocer la cifra «real»?
R: Se entiende que los funcionarios al frente de la respuesta a esta crisis han enfrentado un enorme desgaste político por la presión muy legítima de la población por información y transparencia.
Desde el punto de vista de respuestas, demográficas y económicas y médicas, es importante hacer este recuento un poco más cercano a la realidad, pero es muy importante también para reconstruir la confianza de os ciudadanos.
Lo que hay que impedir es que se reduzca las confianza de los ciudadanos hacia los gobiernos. Y son así esfuerzos de transparencia y rendición de cuentas que además de su importancia para el diseño de políticas, tienen una importancia mayor para la reconstrucción de la confianza.
Si vamos a salir bien de esta crisis, eso requiere una mayor construcción de confianza entre ciudadanos y gobiernos. Y si este elemento destruye confianza, hay que atenderlo. EFE