Los caficultores de Honduras solicitaron este jueves a la Unión Europea más claridad en las reglas de aplicación de su ley contra la deforestación importada y evalúan pedir un retraso en su implementación debido a la preocupación por el impacto que esta normativa podría tener en la exportación de su café.
El vicepresidente del Instituto Hondureño del Café (Ihcafe), Mario Suazo, expuso en una entrevista con EFE la importancia de que la Unión Europea defina los mecanismos de aplicación de la normativa, pues la reglamentación «es muy abierta».
El reglamento contra la deforestación «dice que no se pueden importar cafés que vengan de bosques que han sido afectados, pero no dice exactamente los esquemas, entonces esto deja una nublosa y hemos tenido varios acercamientos con la Unión Europea, estamos en diferentes foros y no terminan de definir los mecanismos», explicó.
En junio de 2023 entró en vigor la ley comunitaria para evitar que las importaciones en la UE de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate causen la deforestación en terceros países, con un periodo de 18 meses (hasta diciembre próximo) de margen a los operadores para prepararse.
Las empresas que importen estas materias y productos derivados en la UE tendrán que rastrear su origen y emitir una declaración de diligencia debida que garantice que no han causado deforestación en sus lugares de origen en comparación con 2020.
Ley puede limitar acceso al mercado europeo
Suazo señaló que demostrar con un sistema de geolocalización que los cultivos de café no han generado deforestación o degradación de masas forestales conlleva un costo económico, una situación que preocupa a los productores del grano en Honduras, donde la actividad cafetalera está en manos de unos 100.000 caficultores, de los que 90.000 son pequeños.
Reconoce que hasta ahora no está claro cómo se van a certificar las fincas y quien va a asumir los costos del sistema de geolocalización, por lo que advierte que el 70 % de los productores hondureños podría «sufrir complicaciones» al exportar su café a Europa.
En su opinión, la normativa de la Unión Europea puede «limitar el acceso al mercado», especialmente a los pequeños productores, pero no plantea «alternativas para financiar o mejorar el precio del café» que Honduras exporta a esa región.
Honduras es el mayor productor del grano aromático de Centroamérica, con exportaciones que superaron los 1.390 millones de dólares en la cosecha 2022-2023, según cifras oficiales.
La Unión Europea es el principal destino de exportación del café hondureño, con más de 50 % de sus ventas, por las que recibe al menos 700 millones de dólares, de acuerdo a datos citados por Suazo.
Pequeños productores desprotegidos
Los caficultores de Honduras no ven imposible prepararse para la aplicación de la ley contra la deforestación de la UE, pero insisten en la necesidad de que haya «más claridad» en las reglas de la normativa.
Suazo aseguró que «hay fuertes avances» entre el Gobierno de Honduras, productores y dirigentes del sector cafetalero para proteger los principios de conservación del medioambiente, cuidar el entorno de las plantaciones de café y no avanzar hacia zonas protegidas.
Es importante que «se definan mecanismos sobre todo y apoyos económicos para la implementación de estos procesos y que los pequeños (productores) no queden desprotegidos», sostuvo el vicepresidente del Ihcafe, quien afirmó que están analizando pedir a la UE un retraso en su ley contra la deforestación.
«Un país que impone restricciones tiene que definir con claridad los mecanismos que van a supervisar y certificar estos procesos», reiteró el dirigente cafetalero.
Los cafetaleros hondureños solicitan a la Unión Europea definir proyectos y programas que les permitan financiar el proceso de certificación para garantizar «la trazabilidad y precios justos». EFE