Madrid, 6 jun (EFE).- El testimonio de la lucha por los derechos humanos en Honduras llega a Madrid a través de las obras de la artista hondureña Johanna Montero Matamoros, con su exposición «Crónica del tiempo. Del dolor al arrullo».
La muestra, que se presenta en el Instituto de la Mujer, estará por primera vez en la capital española hasta el 3 de julio.
En una visita guiada por la artista, resalta la importancia de que su trabajo haya trascendido las fronteras para poder «darle voz a las mujeres y los pueblos que están allá haciendo sus luchas».
Montero, que considera un orgullo y un privilegio presentar su obra en Madrid, se refugia en el grabado para hacer de cada lucha un momento histórico.
«En Honduras tenemos doce años luchando» afirma Montero y señala que su país vive bajo un «estado de sitio», donde los artistas y los defensores de derechos humanos ponen en riesgo su vida cada vez que salen a las calles.
Para visibilizar esta lucha, reconoce el activismo de Berta Cáceres a través de su obra en xilografía sobre papel «Nuestra señora del agua y del bosque», que fue realizada tres años después del asesinato de la líder indígena en 2016.
«Ella era una mujer excepcional, feminista y revolucionaria», subraya Montero, y explica la pieza en la cual se la ve como un cadáver, después de ser asesinada por defender el territorio y los derechos del pueblo Lenca, un grupo étnico mesoamericano.
La muestra incluye su obra más conocida: «¿Cuál es su ruta? Las huellas de la indignación», un mural de tela colaborativo con las pisadas reales de los manifestantes de la Marcha de las Antorchas, realizada en Honduras entre 2015 y 2017 contra la corrupción del Gobierno de Juan Orlando Hernández.
«Tuve la oportunidad de grabar un momento histórico para nosotros, en donde la población estaba exigiendo justicia», explicó la artista hondureña.
En declaraciones a EFE, Montero afirmó que en esta obra se puede reconocer la «hondureñidad» y los procesos colectivos por los que atravesó el país centroamericano durante esta etapa oscura de su historia.
«Pero si la trasladas a un contexto guatemalteco o a un contexto mexicano te va a funcionar. Esta obra es un sentir latinoamericano» enfatizó la artista.
Asimismo, las producciones de «Crónica del tiempo» cuentan la historia de su propia alma, como es el caso de «Soy», obra que realizó en 2017.
En esta pieza se ve la estampa de su cuerpo rodeado de alambres, en una referencia a la conexión con uno mismo en un mundo lleno de estructuras de óxido, metal, edificios y pantallas.
En su vientre destaca un cordón umbilical de color rojo ya que, según explica la artista, este grabado lo hizo cuando retomó su carrera y se reconectó con su «mujer artista» tras haber sido madre.
Además de sus producciones artísticas, Johanna Montero Matamoros es una activista por los derechos humanos en Honduras y eso se ve reflejado en sus obras, que exponen la desigualdad, el ecocidio o el desmantelamiento y desahucio de pueblos originarios por parte de empresas. EFE
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