Ciudad del Vaticano, 25 dic (EFE).- El papa Francisco deseó que en el continente americano prevalezca el «respeto recÃproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos», en el mensaje de Navidad leÃdo en la logia central de la basÃlica de San Pedro antes de dar su bendición Urbi et Orbi.
«Haz que en los corazones de los pueblos del continente americano prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacÃfica convivencia, a través del diálogo, el respeto recÃproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos», dijo Francisco en la única referencia a América Latina respecto a otros años en la que sà mencionó algunos paÃses.
En el mensaje de Navidad de Francisco, como en los años anteriores, enumeró los dramas y conflictos del mundo como la guerra en Siria, los problemas en Medio Oriente, la crisis en Yemen y Birmania y la crisis económica en LÃbano, entre otros.
Asomado a la plaza de San Pedro, después de la ausencia de este momento el año pasado por la restricciones sanitarias, también pidió «al Niño que acaba de nacer» en este dÃa de Navidad para los católicos que conforte «a las vÃctimas de la violencia contra las mujeres que se difunde en este tiempo de pandemia» y «ofrezca esperanza a los niños y a los adolescentes vÃctimas de acoso y de abusos».
Y rogó a Dios para que conceda «salud a los enfermos e inspira a todas las personas de buena voluntad para que encuentren las soluciones más adecuadas que ayuden a superar la crisis sanitaria y sus consecuencias».
«Haz que los corazones sean generosos, para hacer llegar la asistencia necesaria, especialmente las vacunas, a las poblaciones más pobres», añadió ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro a pesar de la jornada lluviosa.
También tuvo palabras para que no seamos «indiferentes ante el drama de los emigrantes, de los desplazados y de los refugiados». «Sus ojos nos piden que no miremos a otra parte, que no reneguemos de la humanidad que nos une, que hagamos nuestras sus historias y no olvidemos sus dramas».
El papa concluyó el discurso pidiendo que podamos «escucharnos entre nosotros y a dialogar como hermanos y hermanas». EFE
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