POR MARIO FUMERO: Hay que tener cuidado cuando compremos medicinas para enfermedades delicadas. Existen medicamentos originales de farmacéuticas responsables, que contienen lo que el frasco dice que debe de tener, y que el médico determinó que deberÃa consumir, pero hay muchos medicamentos genéricos que no reúnen los requisitos recetados por los facultativos, y lo más terrible de todo es que muchas veces las cápsulas o pastillas en vez de tener la sustancia prescrita, lo que tienen es harina.
Cierto médico publicó en Facebook la experiencia que tuvo con un paciente delicado que según los exámenes de laboratorio padecÃa de diabetes, triglicéridos, colesterol e hipertensión, además de otros problemas a niveles muy altos, lo cual amenazaba la vida de este. El médico le puso un tratamiento y le dio la receta para comprar los mismos en las farmacias. Los primeros medicamentos que compró eran originales y unos meses después regresó con el doctor y le hicieron de nuevo los exámenes de laboratorio. Al ver el médico los mismos vio que los niveles de triglicéridos, colesterol, azúcar y otros quÃmicos del cuerpo se habÃan normalizados, por lo que el médico le repitió el tratamiento dándole cita para unos meses después.
Después de dos meses el paciente regresa con el médico el cual le mandó a hacer los mismos exámenes de laboratorio y descubrió asustado que las cifras se habÃan disparado más que la primera vez, y la única explicación que el médico pudo encontrar es que los medicamentos que adquirió no tenÃan la sustancia determinada. Curioso de tal cambio, decidió investigar los mismos, y descubrió que eran genéricos y que la sustancia que contenÃan era harina.
Personalmente tuve una experiencia parecida. Padezco de hipertensión y el médico que me trata en los Estados Unidos me receta Valsartan 320 con un diurético. Como soy jubilado en los Estados Unidos y tengo seguro médico, me dan las medicinas por 90 dÃas. Estando en Honduras y al no poder viajar en el tiempo indicado y agotándoseme el medicamento, opté por comprar unas cápsulas para solventar por 10 dÃas el mismo. Como en Honduras los medicamentos originales son muy caros, compré un genérico, pero al quinto dÃa de estarlo tomando descubrà que la presión no me bajaba. Cuando regresé a los Estados Unidos mi presión arterial estaba completamente descompensada, y conseguir el medicamento de allá, y a los 3 dÃas de tomarlo, la presión se me estabilizó. ¿Que pude suponer de este hecho? Que el medicamento que compré en Honduras no tenÃa el quÃmico que supuestamente me iba a ayudar, asà que supuse que lo más probable es que tal medicina contenÃa harina, o no tenÃa los miligramos recetados.
Cuando una farmacéutica adultera los medicamentos, y no establece los parámetros requeridos, o adultera estos con harina, indudablemente está cometiendo un genocidio porque hay enfermedades que, si no se le aplica el medicamento adecuado, el paciente puede morir. Ya en el pasado se denunció la venta de medicinas que contenÃan harinas, y las farmacéuticas que se atrevan hacer tal barbaridad están cometiendo un asesinato, y es ahà donde el Estado tiene que intervenir para verificar que el contenido recetado es igual al que compramos, y si se descubre que un laboratorio adulterar o alterar el contenido de un producto, no solo se le debe multar, sino llevar a los responsables ante los tribunales, porque tal hecho es un delito contra la vida de las personas.
¿Existirá en Honduras un control del Estado sobre los medicamentos que se elaboran en el paÃs de Ãndole genérico? ¿Supervisará el estado los medicamentos o quÃmicos que entran del exterior para ver si contienen lo que el médico ha recetado? ¿Quién es responsable de que engañen al consumidor con la adulteración de productos? ¿Cuántas personas habrán muerto tomando un medicamento para una enfermedad que no contenÃa el elemento necesario para estabilizar su salud? Es necesario que el gobierno y el Ministerio de Salud supervisen lo que se vende en las farmacias, y sancionen a los laboratorios que no cumplan las normas especÃficas de los componentes quÃmicos de las medicinas recetadas.