Radio América. Este jueves el sacerdote José Enrique Vásquez, fue hallado muerto y la autopsia reveló que falleció por impactos de arma de fuego, informó la Iglesia católica de Honduras.
Ante eso, el portavoz de la Conferencia Episcopal, el padre Juan Ángel López, se mostró consternado y calificó de «doloroso el asesinato del sacerdote que, «lo único que hacía era el bien en la parroquia del barrio Medina de San Pedro Sula, pero nosotros venimos sufriendo los asesinatos de cada hondureño».
El religioso, además, lamentó que miles de personas han salido del país y otras que han sido desplazadas productos de la extorsión, del narcotráfico y de la violencia generalizada que se vive en Honduras.
«Toda muerte de un hondureño nos golpea, pero la manera cobarde en que han asesinado a Enrique Vásquez, solo refleja que estamos en un mal camino», criticó el entrevistado en Radio América.
El padre lamentó que en Honduras está aumentando la violencia, la extorsión, el número de muertes y los asaltos como lo que pasa en la gran central de buses de San Pedro Sula.
Ante los hechos sangrientos y delictivos, López instó a las autoridades de la Policía Nacional que pongan manos en el asunto sobre la violencia generalizada debido a las bandas criminales en la nación centroamericana.
«Exigimos al gobierno y al Ministerio Público que actúe, porque la muerte de Quique como la de cualquier hondureño están clamando al cielo. No me vengan a decir que las líneas de investigación reflejan que él (sacerdote) tenía enemigos o estaba en una banda», increpó el vocero de la Conferencia Episcopal.
«En la Iglesia Católica no somos una banda criminal, nos hemos dedicado a cuestionar las actitudes negligentes de parte de las autoridades que se hacen de la vista gorda», expresó.
El líder católico, también, cuestionó que personas señaladas en actos criminales están saliendo libres o impunes amparados en una ley (Amnistía), pero los que son perseguidos políticos están presos.
“No tengo ninguna hipótesis del porqué le han matado”, dijo a periodistas el obispo Ángel Garachana, luego de confirmar que el cuerpo de Vásquez fue localizado en Medicina Forense de San Pedro Sula, norte del país, donde fue identificado y reclamado por sus familiares.
Garachana indicó que el sacerdote recibió «varios disparos de bala», por lo que fue trasladado a un centro hospitalario, donde falleció debido a la gravedad de sus heridas, y pidió a las autoridades investigar el crimen y castigar a los responsables.
Información: Javier Rivera
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