El italiano Jannik Sinner, flamante campeón del Abierto de Estados Unidos, cerró este domingo dos semanas tan turbulentas como emocionantes en las que pasó de protagonizar una polémica por un positivo sin sanción de dopaje a ganar el segundo ‘grand slam’ de su carrera.
El número uno del mundo ha vivido en una especie de montaña rusa su paso por Flushing Meadows, aunque las curvas para él empezaron unos días antes de saltar a la pista.
Sinner dio positivo en marzo en un control antidopaje en el Masters 1.000 de Indian Wells, pero la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) le declaró inocente en la semana previa del Abierto de EE.UU. al considerar que se trató de un error del fisioterapeuta del jugador por usar un producto con clostebol, que es una sustancia prohibida.
Esta decisión provocó un importante debate dentro del mundo del tenis sobre si Sinner recibió trato de favor por ser uno de los tenistas más importantes de la ATP en estos momentos.
De ahí que en su rueda de prensa en la jornada de medios en Nueva York solo se hablara de un tema.
«Por supuesto no es ideal (lidiar con esto) justo antes de un ‘grand slam’, pero sé que no he hecho nada malo. Ya tuve que jugar durante meses con esto en mi cabeza, simplemente recordándome que no he hecho nada malo. Siempre respeto las reglas y siempre lo haré», dijo.
El runrún continuó en los días siguientes en los medios y con las opiniones de otros compañeros de circuito, pero poco a poco la polémica dejó paso al tenis.
Sinner empezó con un pequeño susto en la primera ronda dejándose un set ante el estadounidense Mackenzie McDonald (n.140), pero a partir de ahí ya solo se dejó un set más en todo el torneo (en semifinales).
Sin Novak Djokovic (n.2) y Carlos Alcaraz (n.3) en el cuadro, Sinner era el claro favorito al título y el transalpino cumplió con el rol previsto. Tuvo pocos obstáculos de nivel (el más importante fue en cuartos contra el ruso Daniil Medvedev, quinto del mundo) pero todos ellos los solventó sin mayores problemas.
En la final, Sinner pasó por encima del estadounidense Taylor Fritz (n.12) y se convirtió en el cuarto tenista en la historia que gana los dos ‘grand slam’ de pista rápida en una misma temporada junto a Djokovic, Roger Federer y Mats Wilander. EFE