Radio América. A pesar de los riesgos que podrían enfrentar en su ruta migratoria, decenas de hondureños desde la Gran Central Metropolitana de Buses de San Pedro Sula, se alistan para partir desde las cinco de la mañana del miércoles rumbo a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
Según estimaciones unas 1,500 personas se encuentran en el lugar para emprender su camino hacia la frontera con Guatemala, luego a México, y decididos a lograr su ingreso a la gran nación del Norte de América (Estados Unidos).
Entre los connacionales listos a dejar su país, está un ciudadano discapacitado quien, manifestó, “solo Dios decidirá si salimos. Ya he ido y perdí mi pierna en la ciudad de Zelaya, Guanajuato, México, conozco todos los peligros y otras cosas que nos pueden pasar, pero de todos modos nos vamos a morir sea aquí en Honduras o, en cualquier lugar del mundo ”.
Aseguró que su viaje se debe a sus limitaciones físicas, por la falta de trabajo o dinero para emprender un negocio y salir adelante, y por ende tiene que partir a otro país en busca de mejores oportunidades de vida.
En el lugar de la reunión según constató Radio América, hay madres y padres de familias con sus niños en brazos, algunas féminas amamantando sus bebés, pero aun así manifestaron estar preparados para migrar.
Una de las entrevistadas indicó que salen de Honduras por razones de pobreza y por miedo a la criminalidad de las maras, y afirmó estar decidida a unirse a la caravana, pese a conocer los peligros y riesgos de la travesía migratoria hacia Estados Unidos de América.
Los ciudadanos en su mayoría jóvenes, se comenzaron a agrupar este martes en San Pedro Sula, norte de Honduras, para salir mañana miércoles en una caravana hacia Estados Unidos, pese al endurecimiento de las leyes migratorias del país del norte.
«Vamos a ver el sueño americano, nos vamos por la inseguridad, la situación está muy difícil aquí, no se haya trabajo; a uno, como es menor, no le dan. Piden muchos papeles, con identidad y otras cosas, aquí no se puede vivir, entonces uno migra para otros países a buscar (algo) mejor para ayudar a otros familiares, para un futuro mejor y de la familia, los hijos de uno», dijo Jefferson Adonay, de 16 años.
Agregó que «la idea es llegar hasta Estados Unidos, si Dios así lo permite, pero si hay trabajo en México, en México nos vamos a quedar un buen tiempo».
Funcionarios de la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) han informado de que entre el viernes y domingo pasados aumentó el flujo migratorio de hondureños hacia Guatemala, muchos de ellos aduciendo que iban a venerar al Cristo Negro de Esquipulas, en Guatemala, cuyo día se conmemora el 15 de enero.
En su lucha por parar la inmigración ilegal, Estados Unidos suscribió en 2019 acuerdos con México, Guatemala, El Salvador y Honduras, pero no ha frenado a los hondureños, que a diario siguen abandonando su país, aunque según autoridades locales, ahora son menos los que se van.
Los hondureños que viven fuera de su país suman alrededor de 1,5 millones, la mayoría de ellos en Estados Unidos, México y Centroamérica, a los que se suman otros que residen en España e Italia, entre otros países.
En 2019, los inmigrantes hondureños enviaron 5.400 millones de dólares en remesas familiares, que representaron el 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de su país.
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