(Radio América)- Con palmas y ramas de olivo, los peregrinos hondureños acudieron al Centro de Tegucigalpa, para dar la bienvenida a Jesús. Miles de feligreses participaron en la procesión que abarrotó la plaza del parque Central frente a la Catedral Metropolitana, San Miguel Arcangel.
La procesión comenzó desde horas muy tempranas de la mañana y culminó con la gran misa en el lugar antes mencionado.
Esta fiesta religiosa es una tradición que aunque no es propia de nuestro país, demuestra la devoción de nuestro pueblo hondureño.
La homilía
El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez dijo durante la homilía que los hondureños se llenan el corazón de odio y violencia, por lo que pidió levantar los ramos para dejar entrar a Jesús en sus vidas.
Asimismo, comparó a los hondureños con las personas que adoraban a Jesucristo en el primer Domingo de Ramos, posteriormente, gritaban que fuera crucificado.
Los hondureños que se «rebuscan» en estas fechas
Familias enteras de campesinos aprovechan las fechas para vender ramitos y semillas de olivo para adornar las casas en esta temporada.
Este es el caso de Don Julián Cruz y dos de sus hijas que se dedican a la venta de ramitos mejor conocidos como palmas.
«Desde que yo tengo 8 años recuerdo que vendo para estas fechas, nos veníamos con mis papas desde Reitoca para vender los ramitos a la gente», relató.
La tradición de vender los ramitos en la familia Cruz sigue viva ya que dos de sus 7 hijos trabajan junto a su padre desde el jueves precio al «Domingo de Ramos» en el Centro de Tegucigalpa, lugar donde duermen hasta que termina la jornada.
Todas las caras del comercio informal estuvieron presentes en la celebración que descordó alegría.
El Domingo de Ramos conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén y marca el inicio de la Semana Santa. El Viernes Santo conmemora la crucifixión y muerte de Jesús y después se observa el Domingo de Resurrección.
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