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Arturo Alvarado Sánchez: el huracán del odio

Arturo Alvarado Sánchez: el huracán del odio

La Iglesia Católica, mediante llamado del cardenal Monseñor Oscar Andrés Rodriguez, ha pedido a los hondureños salir del huracán de odio que corroe las entrañas de muchos compatriotas, causando gran daño y división entre la familia hondureña, en momentos que se necesita que todos nos unamos para luchar por mejorar las condiciones económicas y sociales de nuestro país.

Lo que estamos experimentando en Honduras ya lo han vivido otros países, donde el advenimiento al poder de un partido político ha hecho proliferar las acusaciones de todo tipo y aflorar sentimientos de venganza y revanchismo contra sus adversarios políticos, sin dejar espacio para un dialogo constructivo que permita llegar a un acuerdo sobre un Proyecto de País que conduzca, en forma firme y sostenida, a que todos los ciudadanos puedan mejorar en su bienestar económico y social.

Resulta mas que evidente que un país, donde sus ciudadanos se encuentran divididos y se ven como enemigos, no puede prosperar. Todo país necesita del concurso de todos sus ciudadanos, que, actuando como una hermandad, se unan en la lucha, ya de por si difícil, contra la corrupción, la impunidad, el derroche de los recursos públicos y la falta de empleos dignos y oportunidades para que los ciudadanos tengan esperanzas de una vida mejor. Todos concordamos en que cualquier gobierno debe tener como objetivo satisfacer las necesidades fundamentales de sus ciudadanos en salud, educación, trabajo, vivienda y seguridad. Un país donde se respeten los derechos de los ciudadanos y la justicia se aplique en forma imparcial a todos los que infringen la ley.

Un buen gobierno debe ser capaz de integrar a todos los ciudadanos que deseen luchar y trabajar por mejorar las condiciones de vida de miles de compatriotas, mediante el círculo virtuoso de la inversión, el crecimiento económico, la generación de empleo y el buen uso de los recursos públicos, infundiendo esperanzas de una vida mejor para todos. Para esto, es imprescindible que el país cuente con una institucionalidad fuerte, profesional y que actúe con firmeza y   sin favoritismos.

Dentro de poco los actuales gobernantes tendrán la oportunidad de demostrar que efectivamente desean lo mejor para nuestro país. En este gobierno se seleccionarán los Magistrados que integrarán la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General y su adjunto y los miembros del Tribunal Superior de Cuentas. Si se sigue con la ya tradicional costumbre de elegir con base a favoritismo político, poniendo en esos cargos a personas que respondan a los mandatos e intereses de los políticos, estará entonces claro que no hay voluntad del cambio transformacional que necesita Honduras y seguiremos con más de lo mismo.

Esperemos entonces que bajo un espíritu patriótico y de superación, todos hagamos un esfuerzo por erradicar de nuestras mentes y nuestros corazones esos sentimientos de revanchismo, venganza, odio, clientelismo político. Dejemos de lado esos sentimientos de escasez que hacen que muchos hondureños actúen pensando únicamente en su propio beneficio o el de sus allegados.

Honduras se debe a todos los hondureños que demuestren un firme deseo de actuar con honestidad y transparencia para lograr el beneficio social y económico de todos. ¿Sera posible esto?

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