Kigali, 28 may (EFE).- Un expolítico de Ruanda fue condenado hoy por un tribunal ruandés a cadena perpetua por planear la masacre de miles de personas durante el genocidio de 1994, que en sólo cien días causó la muerte de más de 800.000 tutsis y hutus moderados.
Ladislas Ntaganzwa, hutu de 58 años y antiguo alcalde de la comuna de Nyakizu (sur), fue sentenciado por la Sala del Tribunal Superior de Crímenes Internacionales en la ciudad meridional de Nyanza, informó esta corte de justicia.
Ntaganzwa, detenido en 2015 en Goma (noreste de la República Democrática del Congo) y transferido después a Ruanda tras más de veinte años como fugitivo, recibió la condena por varios cargos, incluidos genocidio y exterminio como crimen contra la humanidad.
Según la Fiscalía, el exalcalde orquestó y dirigió matanzas de miles de tutsis en diversas zonas del sur del país.
El Tribunal Criminal Internacional para Ruanda, que se disolvió en 2015, acusó a Ntaganzwa de planear, preparar y ejecutar la masacre de más de 20.000 tutsis entre el 14 y el 18 de abril de 1994 en la parroquia de Cyahinda en Nyakizu, entre otros crímenes.
El condenado fue en su momento uno de los fugitivos más buscados del genocidio contra los tutsis y Estados Unidos llegó a ofrecer cinco millones de dólares por su captura.
Ntaganzwa fue condenado después de que Félicien Kabuga, considerado uno de los grandes responsables del genocidio ruandés, en particular de su financiación, fuera detenido el pasado día 16 a las afueras de París a petición de la justicia internacional.
El 6 de abril de 1994, los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y Burundi, Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, murieron tras el derribo del avión en el que viajaban, tragedia que desencadenó el genocidio, una de las peores matanzas étnicas de la historia reciente de la humanidad.
Ese horror fue la culminación de décadas de odio entre la mayoría hutu y la minoría tutsi, infundido por los colonos belgas, que dividieron a la población etiquetándola en estas etnias y favoreciendo a los últimos para discriminar a los primeros. EFE