Radio América. El cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodríguez, manifestó este día en la homilía dominical que ante la presencia mayúscula de Dios “no hay nada oculto” en la vida que no llegue a saberse o escondido que no llegue a descubrirse.
El líder de la iglesia católica recordó a la feligresía el pedido del Señor a no ceder al desaliento y a siempre mantener la confianza en Él, aún en tiempos de pandemia y de dificultad social.
“Ojalá los padres de la patria escuchen la preocupación verdadera y fundamentada que hay en ese famoso Código -Penal-”, el cual entra en vigencia esta semana a partir del 25 de junio.
La alusión del prelado hondureño surge a poco de terminar la extensión de la Vacatio Legis prolongada el pasado 9 de mayo por el Congreso Nacional de la república.
“No se puede ignorar ni tampoco pensar que una ley puede proteger a aquellos que tienen cuentas pendientes”, recapituló el líder religioso en medio del confinamiento a causa de la pandemia por el coronavirus.
El cardenal en ese sentido espera a la perspectiva de la Palabra de Dios una reflexión profunda de toda la ciudadanía.
“El que tiene algo que ocultar porque es un delito o un crimen, piensen en estas palabras y traten de enmendar sus vidas en la justicia”, dijo.
“Dios es misericordioso y nos ama, pero no puede pactar con el mal y el que hace el mal tienen que arrepentirse, pedir perdón y restituir lo que se ha robado o lo que se quiere robar”, abundó.
Cabe mencionar que varias instancias de sociedad civil en los últimos meses han venido solicitando la derogación de la normativa por considerar que favorece la corrupción e impunidad en el país.
Según los cuestionamientos, la norma penal reduce las penas por delitos de corrupción y de violencia contra la mujer.
Antes el arzobispo de Tegucigalpa señaló que “se sufre” cuando se quiere tapar la corrupción en una nación.
Pandemia
En cuanto a la propagación del virus (SARS-CoV-2) mencionó que Honduras está atravesando uno de sus momentos más difícil. “Así como sube la escalada de contagios, así tiene que subir el número de aquellos que ponemos la confianza en Dios”, expresó.
El cardenal arremetió una vez más contra aquellos que rechazan al enfermo, al pobre, al desvalido y al migrante.
“Da tristeza ver barrios que rechazan a los que están enfermos… Eso no es cristianismo, no se engañen porque una sociedad que rechaza no es una sociedad cristiana”, exhortó.
“Podremos vencer esta epidemia no como algo mágico, sino ciertamente con un esfuerzo personal. Cuesta el confinamiento, el llevar mascarilla, la distancia social de unos a otros, pero ese es el esfuerzo que se debe hacer para vencer el mal”, apuntó.
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