Radio América. En el Día de la Ascensión del Señor, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez citó que el cristiano tiene que ser una persona que tenga sus pies bien puestos en la tierra pero sus ojos en el cielo.
“Y no estamos destinados a quedar aquí en una fosa o sepulcro, nuestro destino es vivir siendo felicites por siempre sin padecer ni morir”, expresó.
El religioso explicó que la ascensión es un aspecto más del misterio pascual de Jesús, Él participa de la misma vida de Dios.
“El cielo no es un lugar, es una nueva dimensión, es un estado distinto, el estado del resucitado y los resucitados con Él. El cielo es la plenitud de nuestra vida humana y de nuestro mundo, la realización plena en Dios de todas las posibilidades de amor, paz, libertad interior y de felicidad que todo ser humano lleva adentro”, manifestó.
El purpurado mencionó que cada vez que en la tierra se hace la experiencia del bien, de la felicidad, amistad, de la paz y del amor, se empieza a construir la realidad del cielo.
La fiesta de la ascensión significa que el final está en Dios y no en la nada y en el absurdo, porque recordó que el final de Jesús no fue la muerte, sino la vida.
La ascensión significa -señaló el cardenal- que nuestro horizonte es Dios, significa esa sed de transcendencia de todo ser humano que se realiza plenamente en Jesús resucitado.
Enfatizó que la ascensión es una fiesta de esperanza y que el futuro del ser humano y del mundo no está en las armas nucleares, está en Dios.
“La conciencia mundial que está viendo que Rusia está destruyendo a Ucrania, un país autónomo e independiente que tiene derecho a vivir su soberanía y no a ser conquistado por el imperialismo de las fuerzas y armas, pero cuanta indiferencia y cuantos que por razones políticas dicen yo ahí no me meto, pero la humanidad es una sola y el sufrimiento de la humanidad no puede dejarnos indiferentes”, externó.
Además, se refirió al tiroteo en una escuela de Texas que dejó al menos 19 niños y dos maestras muertas a manos de un joven de 18 años quien entró fuertemente armado al centro Robb Elementary School de Uvalde.
“Las tragedias que vemos constantemente en Estados Unidos con matanzas de niños simplemente por quedarse indiferentes ante un armamentismo que no tiene razón de ser, ¿Por qué necesita el mundo armas para matar y destruir?», se preguntó el cardenal.