En los últimos años el contrabando de cigarrillos ha sido una problemática creciente en Honduras, con consecuencias devastadoras tanto para la economía como para la salud de la población.
Según cifras recientes, el comercio ilícito de estos productos ha generado pérdidas significativas en recaudación fiscal, mientras que los riesgos para la salud de los consumidores, aumentan al estar expuestos a productos no regulados y de dudosa procedencia.
Impacto económico
El comercio ilícito de cigarrillos representa una de las principales fuentes de evasión fiscal en el país, afectando directamente las finanzas públicas.
Las pérdidas fiscales según estimaciones de la Dirección de Administración Aduanera, el país pierde más de 600 millones de lempiras anualmente debido a la evasión de impuestos en la venta de cigarrillos de contrabando.
Las empresas que operan legalmente en el mercado del tabaco ven reducidas sus ventas, ya que los cigarrillos ilegales se venden a un precio más bajo al no estar sujetos a los mismos impuestos, produciendo una competencia desleal.
El contrabando de cigarrillos está vinculado a redes de crimen organizado, como el “Cártel del Golfo” en Colombia y el “Cártel de Tabaco” en México, así como las pandillas en El Salvador, que aprovechan el comercio ilegal para financiar otras actividades delictivas como el narcotráfico y el lavado de dinero.
Consecuencias para la salud pública
Algo que se debe de destacar es que los cigarrillos de contrabando presentan graves riesgos para la salud, ya que no cumplen con los controles de calidad y las normativas sanitarias exigidas por las autoridades, según expertos en la materia.
Esto debido a que los cigarrillos no regulados o de contrabando, a diferencia de los productos de tabaco legales, no pasan por controles de calidad ni cuentan con la aprobación de la Secretaría de Salud. Esto significa que pueden contener sustancias tóxicas adicionales, agravando los efectos nocivos del tabaco.
Los cigarrillos no regulados aumentan las enfermedades respiratorias, esto se logró detectar a través de estudios médicos que señalan que estos pueden contener altos niveles de químicos como plomo, arsénico y otros compuestos cancerígenos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer en los fumadores.
Falta de campañas de prevención
El Estado pierde la oportunidad de regular el consumo de tabaco y desarrollar campañas de prevención, ya que las ventas ilegales no están sujetas a las mismas exigencias legales en cuanto a advertencias sanitarias en el empaquetado, ventas de cigarrillos sueltos y ventas a menores de edad.
Los principales afectados son los fumadores que, sin saberlo, han consumido cigarrillos de contrabando. Ellos podrían compartir experiencias de sus problemas de salud o incluso mostrar el desconocimiento que existe sobre los peligros.
Medidas para combatir el contrabando
El Gobierno de Honduras en conjunto con organizaciones internacionales y el sector privado, han tomado algunas medidas para combatir esta problemática, pero aún queda mucho por hacer, entre ellas el refuerzo de la vigilancia aduanera y de mercado.
Cabe señalar que las autoridades han incrementado los controles en las fronteras para interceptar cargamentos de cigarrillos ilegales, aunque la vastedad del problema dificulta estos esfuerzos.
Se requiere de controles en puntos de venta, dado que en los negocios se venden productos ilegales sin ningún control e impunidad.
Ejecución de campañas de concientización
Expertos recomiendan que es fundamental educar a la población sobre los riesgos de consumir productos ilegales y a los negocios de fomentar la venta de cigarrillos que cumplan con los requisitos sanitarios.
Existe colaboración internacional de países de la región que, junto a Honduras, han iniciado esfuerzos para coordinar acciones conjuntas contra el comercio ilícito.
El contrabando de cigarrillos en Honduras es un desafío complejo que afecta a toda la sociedad, las pérdidas económicas derivadas de la evasión fiscal se traducen en menores recursos para invertir en servicios públicos esenciales.
El daño a la salud de los fumadores se agrava con la exposición a productos de baja calidad, por lo que combatir este flagelo requiere un enfoque integral que combine acciones legales, campañas de concientización y cooperación internacional para reducir los daños a la economía y la salud pública.