Radio América. Para defensores de derechos humanos en Honduras, era de esperar que el gobierno del presidente mexicano Manuel Andrés López Obrador, «sucumbiera» ante las presiones de Estados Unidos para endurecer sus políticas migratorias particularmente contra los migrantes del Triángulo Norte de Centroamérica.
Joaquín Mejía, defensor de derechos humanos dijo era previsible pensar que el Gobierno de López Obrador no iba a soportar la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con cerrar su frontera sur (norte mexicano) que significaría un impacto económico importante para México.
En ese sentido, «lo que estamos viendo es que con el cierre de paso de las caravanas de migrantes es que la frontera entre Estados Unidos y México se ha ido bajando hacia el sur», aseveró el entrevistado.
En esa lógica, el experto explicó la presencia de dos tipos de fronteras: Una de carácter interna en Estados Unidos por medio de leyes restrictivas y de no otorgar asilo político a los migrantes de las caravanas.
La otra frontera externa es a través de México en donde el gobierno estadounidense está logrando que la nación azteca empiece a endurecer su postura para evitar que las caravanas no pasen del sur, donde todavía se permite que los migrantes centroamericanos puedan avanzar rumbo a Estados Unidos en busca del llamado «sueño americano».
Mejía también evidenció la situación grave en México, porque los albergues ya no se dan abasto para recibir a miles de migrantes mientras que las otras personas que llegan al norte son regresadas y deportadas, reflejando así la política de endurecimiento del presidente Manuel Andrés López Obrador.
Información: Wilson Herrera
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