(EFE).- El entrenador argentino-hondureño Diego Vázquez cumplió este domingo siete años al frente del Motagua, de la capital de Honduras, constituyéndose en el técnico con más tiempo al frente del club y el que más títulos le ha dado.
Los siete años de Vázquez frente al Motagua tiene satisfechos a los directivos y aficionados del club, que es el segundo de mayor afición en Honduras, con 17 campeonatos locales ganados, los últimos cinco al frente del sudamericano.
El 21 de noviembre de 2013, Vázquez y los directivos del Motagua firmaban contrato en Tegucigalpa, sin imaginarse ambas partes que estaban marcando una larga historia cargada de triunfos.
Un día después, Vázquez era presentado como entrenador del Motagua, casa en la que ya era de sobra conocido, ya que como portero jugó varios años con el club y ganó otros cinco campeonatos.
En Honduras, Vázquez también se enfundó las camisas del Marathón, Universidad, Valencia, Vida, Victoria y Deportes Savio, con el que cerró su etapa como jugador en 2011 y luego se fue a estudiar a Argentina.
También jugó una temporada, en 2005, con el Suchitepéquez, de Guatemala.
Dos años después de haberse ido a estudiar a su país, sin ninguna experiencia como técnico volvía a Tegucigalpa para proponerle un plan de trabajo al Motagua -que tenía otros tres técnicos en lista-, que no llevó mucho tiempo para lograr un acuerdo. El resto, es historia y resultados.
Por una coincidencia, su primer partido oficial como timonel del Motagua fue, de visita, ante el Deportes Savio, estrenándose con un triunfo de 1-0 contra el club en el que se retiró como jugador.
Aunque sufrido, Vázquez festejó el sábado anticipadamente su séptimo año con el club, venciendo por 2-1 al Real de Minas, en un partido en el que el triunfo llegó en el último minuto, con gol del paraguayo Roberto Moreira.
LOS PROCESOS SIN RESULTADOS NO EXISTEN,
Vázquez dijo a Efe que el éxito como entrenador, en su caso en un solo equipo, se debe a la «armonía entre directivos, cuerpo técnico y jugadores», para hacer del Motagua quizá el mejor club de Honduras en los últimos siete años, en los que ha disputado doce finales del fútbol local, de las que ganó cinco.
Se suman cuatro subcampeonatos, dos subcampeonatos a nivel centroamericano y una Súper Copa hondureña.
Con Vázquez, el Motagua, que es líder del grupo B del torneo hondureño Apertura en diez jornadas disputadas, también ha superado en finales al Olimpia, su eterno vecino y rival, en Tegucigalpa, que con 31 títulos es el más laureado de Honduras y el de mayor afición.
El Motagua, de la mano de Vázquez, se caracteriza por un juego que sus rivales lo saben bien, siempre sale volcado al ataque con llegadas por las bandas y centros al área para que sus delanteros o cualquiera del medio campo o la defensa entren a rematar.
El equipo juega casi de memoria, con sus jugadores que se entienden lo más aproximado a la perfección, sin dejar de atacar vayan ganando o perdiendo.
«Hemos mecanizado muchos movimientos y aunque en el presente torneo no hemos podido tener el mismo once, el equipo tiene una memoria de lo que pretendemos y queremos», subrayó Vázquez.
El juego del Motagua, añadió, es «producto de muchos ensayos porque a los entrenamientos no les llamo trabajo, muchas veces nos salen, otras veces no».
El equipo es ofensivo y juega con sus líneas lo más cerca posible, porque eso es lo que caracteriza al fútbol actual, indicó Vázquez, quien alterna su trabajo de técnico con la venta de vinos argentinos de Mendoza.
Vázquez dijo que su norma como profesional es la de «superarse uno mismo, pensar que la principal competencia es uno mismo», y que eso se lo transmite a sus jugadores.
Agregó que con el Motagua no piensa a futuro seguir como técnico, sino en «el día a día, partido a partido», porque los jugadores y técnicos dependen «de resultados» en los equipos.
«Si el éxito llega, es importante, pero la exigencia del aficionado es la de ganar de manera permanente, estamos conscientes de eso», dijo Vázquez, quien no es de los que lleva un recuento de los partidos que jugó, ni los que ha estado en el banquillo como entrenador.
De su experiencia en el Motagua, indicó que es algo que comenzó poco a poco, sin hacer cambios de un solo golpe, sino de manera paulatina hasta ir moldeando un equipo y cuerpo técnico a su gusto.
«Los procesos sin resultados no existen», acotó Vázquez, quien en siete años continuos se ha convertido en el técnico foráneo más laureado en el fútbol hondureño.
«AL MOTAGUA NO HAY QUE DEJARLO VIVO, PORQUE TE MATA»
El sábado, Vázquez resaltó que el Motagua por momentos fue superado en la cancha por el Real de Minas, rival del que destacó que juega muy bien.
Pero fiel a su juego, el equipo supo revertir y con algunos cambios pudo empatar y definir el partido a su favor cuando se jugaba el último minuto, añadió.
Vázquez reiteró que el Motagua no se entrega nunca, lo que siempre valora de sus jugadores, quienes cuando tienen una ventaja la aprovechan y sacan resultados.
Deportivamente, Vázquez dijo el sábado, después del triunfo ante el Real de Minas, que «al Motagua no hay que dejarlo vivo, porque te mata». EFE