Radio América. Doña MarÃa Isabel DÃaz, de 76 años de edad y madre de cinco hijos, aunque ya no con sus mismas fuerzas se levanta desde muy temprano a halar agua en baldes para lavar ropa y moler tortillas, pero nunca claudica en su lucha diaria para sobrevivir y sacar adelante a su familia, y hasta apoyar a sus nietos.
Residente de la colonia Nueva Suyapa de Tegucigalpa, la señora de tez trigueña, voz pausada, pero motivante, en sus primeras palabras dijo: «yo siempre puedo», y pese a ciertos problemas de salud no se limita en trabajar arduamente.
En pleno DÃa de la Madre, la septuagenaria pidió a todas las mamás hondureñas no dejarse caer ante las enfermedades y les instó luchar y vencer para seguir adelante.
La señora MarÃa contó a Radio América, que ella emprende su labor desde las 5 de la mañana y se duerme hasta las 11 de la noche, o, a la hora que le de sueño.
MarÃa Isabel, es una madre abnegada y dedicada a moler las deliciosas tortillas, uno de los alimentos básicos y principales en los hogares hondureños. «Yo le pido al Señor (Dios) que me de fortaleza para ver a mis hijos salir adelante en la vida», dijo.
«Ya que mis hijos no quisieron estudiar cuando eran cipotes (niños) ahora tienen que luchar para prepararse, por ejemplo, Andy, se esfuerza cada dÃa para salir adelante en su carrera», relató la entrevistada por la periodista Estela Rovelo.
Pese a la pobreza que vive mas del 70 por ciento de la población hondureña, en donde los adultos mayores no escapan a las precarias situaciones económicas, doña MarÃa no se deja derrotar al expresar, «qué vamos hacer, hay que trabajar para seguir adelante».
La señora de cabello blanco por su avanzada edad se despidió de la entrevista aconsejando a las madres principiantes o a las futuras progenitoras de la vida, que le pidan a Dios fortaleza para criar a sus hijos y darles una buena educación.
Producto de su vientre que concibió cinco hijos, ahora doña MarÃa MarÃa Isabel DÃaz es abuela de mas de doce nietos quien acompañada de dos de ellos mostró su positivismo y fuerzas para verlos crecer y ayudar a sus descendientes.
Información: Estela Rovelo
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