Radio América. Luego de la muerte del hijo de la ex-rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos y su acompañante, y la estudiante de enfermería Keyla Martínez, «se demuestra que la Policía Nacional no sirve para nada y la depuración fue para sacar a unos y meter a otros», señaló el ex-fiscal general del Estado, Edmundo Orellana Mercado.
Empero al tema, el abogado recordó que un (alto oficial) que dio la orden surgida desde Tegucigalpa para asesinar a Rafael Alejandro Vargas Castellanos y a Carlos David Pineda, todavía no ha sido capturado.
Refirió que al siguiente día de la muerte de los dos jóvenes, «estuvieron dos altos oficiales de la Policía Nacional justificando el crimen en un medio de comunicación televisivo».
En esos casos, el profesional del derecho, manifestó, «asesinan a la muchacha y al día siguiente hay un comunicado del Ministerio de Seguridad, garantizando que los jóvenes (policías) no tenían absolutamente nada que ver, y que la estudiante se suicidó y punto».
“Ese es el patrón de comportamiento de una policía criminal que definitivamente no ha cambiado nada, porque la depuración solo sirvió para deshacerse de unos agentes e incorporar otros que de repente son iguales o peores a los anteriores», cuestionó el togado.
Ante la consulta de, si la Comisión Depuradora de la Policía Nacional debe continuar con el proceso, Orellana, puntualizó, que, «los nuevos policías fueron entrenados por los viejos agentes que convivieron con el crimen y en su mente se acostumbraron que la criminalidad era parte de la cotidianidad de la Policía. De un monstruo, solo puede esperarse otro», concluyó el entrevistado.
Información: Javier Rivera