Radio América. La Fiscalía del Distrito de Nueva York señaló en el segundo día del juicio contra el presunto narcotraficante hondureño, Geovanny Fuentes Ramírez, que durante años colaboró con el actual presidente del país, Juan Orlando Hernández, y describió a Honduras como un “narcoestado”.
El analista político, Josué Murillo, lamentó que señalamientos de ese tipo marquen la realidad del país en el extranjero, en donde Honduras ha pasado de ser conocido como el país más violento a una nación con un presidente implicado en actividades criminales.
En ese sentido se preguntó qué clase de país se está construyendo o qué clase de imagen se está generando desde la clase política.
“Recordemos cómo se estigmatizaba antes a los colombianos por el tema de la droga, pues lo mismo nos puede pasar a nosotros”, advirtió el analista.
Murillo comentó que varios funcionarios de Gobierno han catalogado de “malos hondureños” a los compatriotas que se quejan ante la instancia internacional por la violación de los derechos humanos “manchando la imagen” del país.
“Que más mancha en el país que tener un presidente con supuestas vinculaciones al narcotráfico y crimen organizado”, cuestionó el analista, haciendo un llamado al discurso consecuente.
Manifestó que la justicia tardía de Honduras solamente ha creado “grandes insatisfacciones”, dando pie a lo que todo mundo comenta sobre el precario andamiaje penal.
“La justicia hondureña parece hacer honor a lo que siempre hemos manifestado…solo castiga severamente a los de a pie, distinto para los corruptos a los que muestra un trato lastro, suave y hasta pusilánime”, objetó.
“Esto nos genera grandes satisfacciones, mismas que tiene la cooperación internacional, la cual ha invertido millones de dólares y de euros para rescatar el sistema de justicia”, apuntó.
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