Por InSight Crime. ¿Venezuela es ahora un Estado hÃbrido, donde la lÃnea entre gobernabilidad y criminalidad se ha desdibujado, o incluso ha desaparecido por completo? El inicio de esta evolución se remonta a veinte años atrás, cuando el entonces presidente Hugo Chávez intantaba utilizar todos los medios necesarios para continuar en el poder.
Desde entonces, en el paÃs han surgido nuevas generaciones de grupos armados hÃbridos, que sistemáticamente se coordinan con elementos del Estado y cooperan con estos. En algunas zonas de Venezuela, las autoridades ya cogobiernan con estos grupos, trabajando mano a mano con ellos para mantener el control social sobre la población y contrarrestar las amenazas polÃticas, sociales y económicas.
Bajo la presidencia de Nicolás Maduro, Venezuela se adentró en un viaje único de evolución criminal. En la Venezuela de hoy, grupos criminales coordinan y cooperan de manera sistemática con elementos del Estado. Sus objetivos e intereses se han fundido en una sola pieza llegando incluso a incorporar personal y recursos, y adelantar operaciones de manera conjunta.
Algunos de ellos han establecido facciones polÃticas y ubicado personas en cargos públicos a nivel local, regional y nacional. En Venezuela los grupos criminales cogobiernan con el Estado, trabajan de manera mancomunada en tareas gubernamentales con la provisión de seguridad y servicios públicos en los territorios.
Y en Venezuela, los recursos estratégicos y cadenas enteras de suministro son controladas por el Estado y redes criminales bajo un sistema de economÃas hÃbridas, como los mercados negros, el contrabando de combustibles y chatarra, y la más rentable de todas: el comercio de oro. Ahora Venezuela es un Estado hÃbrido en donde la lÃnea entre el Gobierno y el crimen se difuminó e incluso en algunos casos se desvaneció.