A 12 segundos del minuto 90, cuando el empate parecía el destino irremediable del partido, Antoine Griezmann se inventó un pase, Memphis Depay apareció entre dos defensas y el Atlético de Madrid salió vencedor de un enredo contra el Rayo Vallecano.
Un alivio para el Atlético, que sorteó el fiasco de quedarse fuera ya definitivamente de LaLiga. Se quitó un peso de encima, porque se sintió inquieto todo el encuentro, con el miedo en el cuerpo en cada acercamiento del Rayo por momentos, a ratos entre la bronca de un sector de su propio público, lejos de su versión rotunda del Metropolitano, donde la racha sigue: 28 choques seguidos invicto en su campo, 26 de ellos con victoria.
Y un alivio para Simeone, que, de repente, se olvidó el partido a partido, prescindió de casi todo su once tipo y pensó más en próximos desafíos que en el más inmediato para recurrir finalmente a Griezmann, Koke, De Paul y Lino y salvar un duelo decisivo al filo de la caída.
En el horizonte el Real Madrid, el próximo domingo, más allá del Athletic Club el miércoles que viene, por detrás la carga de encuentros precedentes y por delante todo lo que se viene encima en un febrero y marzo frenético para el Atlético de Madrid, Simeone dosifica a sus jugadores. «Si no, es imposible», dijo hace tres días. Este miércoles, no jugó de inicio ni siquiera Griezmann.
¡Victoria trabajada! 👊🏼❤️🤍
— Atlético de Madrid (@Atleti) January 31, 2024
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