Radio América – El Obispo de Santa Rosa de Copán, Darwin Andino, ha manifestado en las últimas horas que con el mensaje de la Conferencia Episcopal de Honduras solo se ha pretendido iluminar la realidad que vive el país.
Los obispos fustigaron el jueves el conflicto actual del país relacionado con el sistema de salud y educación pública, servicios públicos, cuestionando a su vez a los poderes del Estado, el nuevo Código Penal y la violación a la Constitución de la República.
Pronunciamiento de obispos hondureños es oficial, aclara el vocero de la Conferencia Episcopal
«Lamento mucho que algunos se estén defendiendo de lo que hemos dicho en el mensaje de la Conferencia Episcopal. Sólo hemos pretendido iluminar la realidad que vive nuestro país. Se trata de que todos tomemos conciencia de lo que está sucediendo y por qué hemos llegado a dónde estamos», esxribió Monseñor Andino en su cuenta en Facebook.
«Cada uno se debe preguntar qué está aportando para que tengamos la sociedad que tenemos. Es muy serio lo que dice el mensaje, no hay que tomarlo a broma; sacar frases fuera de contexto. Basta ya de mentir al pueblo, basta ya de enriquecerse unos pocos, de favorecer a los poderosos, de proteger a narcopolíticos, a corruptos, a los que saquearon el IHSS, a la ENEE, a HONDUTEL», agrega.
«Quieren Palabra de Dios, pues aquí está: «Cuando extiende sus manos, me tapo los ojos para no verlos; aunque menudeen la oración, no pienso oírla. Sus manos están llenas de sangre: lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus fechorías, desistan de hacer el mal y aprendan a hacer el bien: busquen lo que es justo, reconozcan los derechos del oprimido, hagan justicia al huérfano, aboguen por la viuda» (Is 1, 15-17), puntualiza la publicación del Obispo Darwin Andino.
«Una Constitución violada cuantas veces convenga, unos poderes que no son para nada independientes, un Congreso que se ha convertido en un teatro de pésimos actores, dándole la espalda al pueblo. La necesidad de un poder electoral que garantice la transparencia de los sufragios y destierre de una vez por todas los delitos electorales. Unas instituciones del Estado quebradas por la corrupción, una paralización de la economía, sobre todo en el agro, una vergonzosa venta de los bienes naturales de nuestra tierra. Una falsa reforma del Código Penal, que simplemente lo convierte en un instrumento de protección a los corruptos y narcopolíticos, con apariencia de ser mejor por el hecho de endurecer las penas a los supuestamente más “peligrosos”, que acostumbran a ser los jóvenes marginados y los pobres desesperados por subsistir».
Esto, y mucho más, hace brotar de nuestros corazones un ¡Basta ya!
Es parte del pronunciamiento de la Conferencia Episcopal.