Radio América. Ante el alarmante número de casos de suicidios ocurridos en estos primeros meses del año en el país, el pastor evangélico Mario Tomás Barahona, señaló que «la raíz de todos los males es por la invasión de espíritus de demonios a las personas a través de prácticas que los alejan de Dios, como la pornografía, lujuria y traiciones en el amor».
Asimismo, como los fracasos financieros, la práctica de brujería, hechicería e invasión de juegos como la güija y otros productos que por ignorancia comercializan algunas empresas.
Del mismo modo, el religioso cree que la televisión y las redes sociales juegan un «papel muy destructivo» especialmente en personas que no tienen relación con Dios, se convierten en presas fáciles de espíritus demoníacos.
Tentaciones de demonios
Para liberarse de tentaciones diabólicas, Barahona pidió a la gente asistir a las iglesias y aunque los expertos en psicología den algún consejo sobre la problemática junto con el gobierno, dijo que estos no pueden hacer nada ante situaciones sobrenaturales.
En ese sentido, el entrevistado llamó a los demás pastores y a la gente de fe, hacer un trabajo mas agresivo con las familias y a los medios de comunicación realizar convocatorias, al señalar, «que da dolor que hombres y mujeres se suiciden por un fracaso matrimonial, financiero, traiciones entre otros».
Sería “ridículo” declarar una emergencia en el tema de los suicidios en Honduras, indicó el pastor Mario Tomás Barahona, quien además consideró que es de «un asunto espiritual» la problemática.
Alejados de Dios
Indicó que los que tienen deseo de morir, es «porque su corazón no tiene luz, sino está oscuro y alejado de la realidad con Dios y por eso terminan en suicidio».
En el caso de los niños que deciden quitarse la vida y para evitar eso, Mario Tomás demandó de los padres de familia no solo distraerse con el trabajo, mas bien mirar el comportamiento de sus hijos, que los abracen, les den mas afecto y no maltratarlos cuando cometen errores.
Puntualizó que para contrarrestar los espíritus de demonios el problema no se cambiará con un decreto sino en poner fronteras a lo que entra, o investigar por ejemplo pornografía, lujuria o prostitución para no ver a familias con dolor por el suicidio por decir un niño.
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