EFE-Radio América. Túnez superó hoy la barrera de los 10,000 positivos por la COVID-19 en medio de una curva ascendente que le ha llevado a multiplicar por diez los contagios y a triplicar los decesos ligados a la enfermedad en menos de tres meses.
Según el inisterio de Salud, este domingo se confirmaron 626 nuevas infecciones, la mayor cifra de contagios en 24 horas desde que el pasado 2 de marzo el país declarara los primeros positivos, que sumados a los de las últimas horas, elevan a 10.700 los contagiados en todo el país, de los que un total de 2.386 se considera que han superado la enfermedad.
Por regiones, la capital y su área metropolitana -en la que viven cerca de un millón y medio de personas- es la más afectada con 1.520 positivos comprobados, seguida por la localidad de Ben Arous, en el cinturón industrial capitalino con 1.183, la provincia meridional de Gabes, una de las más contaminadas del país, con 1.114 y la ciudad de Sousa, balneario turístico, con 943.
Además, el pasado 17 de septiembre se contabilizaron 16 muertes vinculadas a la pandemia, la cifra más alta desde que se desatara la crisis sanitaria.
REAPERTURA DE FRONTERAS
Los contagios se han multiplicado por diez y los decesos se han triplicado desde que el pasado 27 de junio el Gobierno tunecino relajara las medidas de prevención y reabriera las fronteras con apenas 1.100 positivos y un total de 50 decesos.
En un principio, las autoridades achacaron el incremento a la importaciones externas, en particular a los tunecinos que regresaron de países como España, Francia o Italia para las vacaciones, pero a día de hoy más del 80 % de los contagios son locales.
Ante esta situación, a mediados de agosto el Ministerio de Salud publicó una lista en la que clasificaba a los países por colores según el riesgo de contagio: los viajeros provenientes de lugares en verde, como Italia, tienen la entrada franca.
Los que llegan de Estados naranja, como Francia, deben presentar un PCR negativo realizado 72 horas antes del viaje y autoconfinarse una semana mientras que los rojo, como España, tienen vedada la entrada excepto residentes en Túnez, y deben presentar igualmente un PCR y confinarse siete días en un hotel o centro propuesto por el Gobierno y siete más en su domicilio.
VACUNA TUNECINA EN NOVIEMBRE
En este contexto, el director del Instituto Pasteur, Hashemi al Wazi, el más prestigioso del país, aseguró esta semana que las pruebas para una posible vacuna avanzan y que ésta podría estar disponible en noviembre, aunque sin ofrecer otros detalles.
Las declaraciones de Al Wazi coinciden con otras de políticos y expertos médicos tunecinos que apuntan a la «necesidad de convivir con el virus» en un Estado que tiene una sanidad púbica deficiente y una privada a la que muy pocos pueden aspirar.
Según la directora del Centro nacional de Enfermedades Nuevas y Emergentes, Nissaf ben Alaya, en la actualidad hay 55 pacientes en cuidados intensivos y 18 conectados a ventiladores.
Las autoridades han iniciado, asimismo, una nueva campaña de concienciación para el respeto más escrupuloso de medidas de prevención como la higiene de manos, la distancia social y el uso de mascarillas, cuyo uso es obligatorio en espacios públicos pero poco respetado, sobre todo en el transporte.
Ante esta situación, el Gobierno elevó la semana pasada el nivel de alerta y colocó a todas las provincias en rojo, paso previo para una eventual vuelta a la restricción de movimiento. EFE