Radio América. La población hondureña no salía todavía de la conmoción este viernes tras el violento rescate de un temible pandillero en un Juzgado de lo penal en el norte de Honduras.
Una cámara de vigilancia dentro de los tribunales captó el instante en el que un falso operativo montado por al menos 20 sicarios daban libertad a uno de los principales cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13), Alexander Mendoza, conocido en el mundo criminal como “El Porky”.
Al puro estilo de las narconovelas mexicanas y colombianas se vivió la operación la tarde de ayer en el palacio de justicia de la norteña ciudad cuando malvivientes disfrazados de policías irrumpieron en el lugar.
Eran las 2:00 de la tarde cuando la veintena de hombres armados sacaron por la fuerza al poderoso delincuente acusado de cinco asesinatos y otros delitos relacionados a asociación ilícita.
El insólito hecho dio paso a un enfrentamiento con la policía apostada en la zona mientras se estaba a la espera de que diera inicio la audiencia contra el desmesurado sujeto señalado de ser uno de los más grandes coordinadores de la extorsión en el país.
Ingreso sin sospecha
De acuerdo a lo que se observa en el video, en primera instancia se ve a unos 13 supuestos elementos de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) y Policía Militar hacer su ingreso en la custodia de un imputado que vestía una camiseta de mangas cortas, color blanco.
La mayoría se dirigió hacia el interior del inmueble, sin embargo otro grupo de agentes con cascos y pasamontañas (bien identificados) se apostó en la puerta principal.
Hasta ese instante todo parecía normal pues es común ver ese tipo de despliegues policiales en los tribunales de justicia en el país.
Hombre de la capucha
Apenas unos segundos después se ve a un agente con la típica vestimenta oscura de la FNAMP ingresar con un supuesto testigo protegido (portando una capucha negra en todo su cuerpo) para despistar a los presentes.
Para los delincuentes hasta ese momento todo parecía ir como esperaban, se veían un tanto inquietos pero sin levantar sospechas. De pronto la señal proveniente de una de las salas de audiencia daba luz verde de estar todo controlado.
Fue cuando los falsos militares accionaron en la puerta de acceso para imposibilitar a los guardias de seguridad y dar paso al “Porky” en su huida.
Corrieron
Al ver el revoloteo las personas que se movilizaban por el pasillo corrieron despavoridas a esconderse hacia algunas oficinas.
Un muchacho de camisa azul trató de mantener la calma, pero fue interceptado y fue obligado a tenderse al piso. Le despojaron de su teléfono celular y comenzaron a destruirselo para evitar comunicación alguna con el exterior.
Uno de los hombres con cuereta de “PM” en su brazo izquierdo lio a patadas una de las puertas para derribarlas, sin embargo fue rápidamente cerrada y el falso agente cambió su enfoque, dejando claramente que la misión era liberar con vida a “El Porky”.
Terror, huída y sangre
Hubo un un breve vacío mientras otro grupo de uniformados se aglomeraba a conversar en la puerta de vidrio, no obstante en el pasillo los corazones latían a mil por hora, principalmente el joven que se encontraba tirado boca abajo sobre el piso.
De pronto se ve al “Porky” ir de la mano de un agente anti pandillas. Llevaba una capucha a mitad de cuerpo y apenas se le logra ver que portaba una pantaloneta verde y un tanto incómodo por las esposas en sus pies. Finalmente logró su huida.
Faltaban por salir unos siete agentes y el individuo de civil (que antes ingresó como imputado) cuando de repente las cosas se les complicó por parte de los agentes reales que se percataron de lo ocurrido. Las balas surgieron por doquier, el terror se apoderó de demás y desafortunadamente la sangre corrió en ambos bandos.
El más perjudicado fue el bando de los buenos que se vieron superados en cantidad. Murieron cuatro policías (dos Policías Militares y dos subinspectores de la Nacional).
Del otro lado un presunto cómplice de la fuga resultó abatido tras ser encontrado al interior de un vehículo tipo “busito” con varias armas y pertrechos policiales.