Radio América. El director para Honduras del Instituto Nacional Demócrata (NDI), Alejandro Urizar, manifestó este miércoles que usar la violencia política desde el insulto para buscar alcanzar el poder es “antidemocrático”.
“La violencia política es antidemocrática porque significa que un actor político está tratando de alcanzar sus objetivos a través de medios de coacción y no mediante el diálogo y los demás mecanismos que privilegian la democracia”, expresó.
El representante ejecutivo del NDI considera que los niveles democráticos de una nación llegan a su punto más bajo cuando los protagonistas de la política violentan a su oponente.
Urizar señaló que el proceso electoral de Honduras en 2017 ha sido uno de los más violentos en la historia del país centroamericano cuando el mandatario Juan Orlando Hernández se reeligió en el poder.
“Todo indica que hay algunos riesgos de que la violencia se reedite en estas elecciones”, advirtió el funcionario.
De cumplirse ese augurio, señaló Urizar, los índices de democracia van a “disminuir” y la credibilidad en el proceso va a bajar, así como la confianza en los resultados.
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