Radio América. La reyerta del fin de semana en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), demuestra que el sistema carcelario sigue controlado por la corrupción interna y por estructuras criminales, señaló este lunes el defensor de derechos humanos, Wilfredo Méndez.
Ante la situación de violencia en los centros penales, el entrevistado subrayó, “no hay gobernabilidad por parte del Estado de Honduras aún con la instalación de un cuerpo interventor dirigido por las Fuerzas Armadas, porque sencillamente, a lo interno, la corrupción, la estructura y control, sigue estando en manos de los privados de libertad”.
Además, de eso, el defensor de derechos humanos, mencionó los señalamientos de la Comisión Interamericana y las resoluciones de la Corte Interamericana, al no reconocer los temas relacionados con el mejoramiento de las instalaciones penitenciarios, así como el control para que no haya tanto confinamiento interno, atención y tratamiento de cuerpos especializados para la rehabilitación de los reclusos de parte del Estado de Honduras.
En consecuencia, de eso, Méndez advirtió que, de continuar esa problemática en las cárceles, “lo que vamos a seguir en los centros penitenciarios, es contando muertos y heridos de gravedad ante una situación de irresponsabilidad por parte del Estado hondureño”.
Cabe mencionar que una pelea en una cárcel para mujeres cercana a Tegucigalpa, la capital de Honduras, dejó seis reclusas muertas y dos heridas, informaron este domingo autoridades de la junta interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
Enfrentamiento
El enfrentamiento se registró anoche en la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), ubicada en el extremo norte de Tegucigalpa, por causas que están siendo investigadas por las autoridades penitenciarias y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), afirmó hoy el coronel José González, uno de los interventores del INP.
La pelea ocurrió al parecer luego de que una privada de libertad causó un incendio en la celda de pre liberación de la cárcel, el cual fue controlado por el Cuerpo de Bomberos de Honduras.
Las fallecidas, según medios locales, eran miembros de la Mara Salvatrucha (MS13), una de las pandillas más peligrosas que mantiene una lucha por territorios con el Barrio 18.
Compuesto por unas 30 cárceles, el sistema penitenciario alberga a unos 22.000 reclusos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los presos han sido condenados.
Información: Douglas Varela y EFE
PUEDE INTERESARLE: Familiares de Privados de Libertad piden separar a grupos al interior de Cefas ante inminente peligr…