Radio América. En Honduras, además de la emergencia sanitaria, este virus encontró a las instituciones públicas debilitadas y vencidas por la corrupción, señaló el analista de la zona norte, Rafael Delgado.
“Es evidente que la pandemia del COVID-19 ha puesto en grandes dificultades a cada país, en el caso de Honduras no solamente nos sorprendió, sino que encontró una institucionalidad postrada, debilitada con indicios peligrosos como la corrupción y el despilfarro”.
Detalló que por eso la historia es diferentes en cada país, en Honduras se da el despilfarro en el uso de la emergencia, los escándalos de la corrupción y se da una respuesta descoordinada y pobre ante las tareas más importantes que se debe hacer para enfrentar la pandemia.
El entrevistado dijo Radio América que el debilitamiento institucional es el resultado no solo de la corrupción, sino también del hecho que al frente de las instituciones no se han puesto las personas capaces y más preparadas.
“No es de extrañar los escándalos que se han dado en las compras, los decretos legislativos y ejecutivos que sean aprobado y que le dieron a mano libres a Copeco, Singer, Finanzas, Salud, IHSS para hacer compras directas”.
A lo anterior dijo que bajo la situación que se encuentras esas instituciones carcomidas por la corrupción y personal que no tiene capacidad, en estos momentos los resultados son naturales.
Argumentó que los problemas tampoco se va solucionar con destituir a un funcionario, porque se trata de un problema sistemático en la administración pública.