Por Mario Fumero: Todos los partidos polÃticos tienen un ideario de propuestas que tratarán de implementar si llegan al poder y las cuales se pueden simplificar en tres áreas. Una de ellas es el programa económico, la segunda es el plan de infraestructura y asistencia social que tiene que ver con el desarrollo del paÃs, y el tercero es su objetivo moral una vez que tengan el poder.
En los dos primeros puntos un cristiano puede tener opiniones debatibles, y no nos interesa de forma vital porque estos elementos no afectan la salud de la iglesia, ya que en los partidos existen teorÃas económicas diversas tanto de centro, izquierda o derecha sobre la economÃa, pero sà hay un punto de sumo interés para la iglesia, y es la agenda moral que dichos partidos tienen como objetivo de implementar si llegan al poder.
La iglesia no defiende la economÃa, ni tampoco los proyectos de infraestructura, ni ningún otro tema de Ãndole sociopolÃtico, pues los temas económicos son discutibles y en ello podemos diferir, pero sà tenemos la obligación de defender nuestros valores cristianos conforme a las enseñanzas de la Santa Biblia. No importa si el partido es de izquierda, de derecha, o de centro, si su ideario moral choca con los principios cristianos de la palabra, nuestro deber es no apoyarlos, y como profetas, denunciarlos, ya sea de que tal propuesta proceda de un candidato o partido. Es por ello que debemos educar a los cristianos para que pregunten por los postulados morales a sus candidatos y partidos, y ser especÃficos en definir los valores morales que como iglesia tenemos que defender.
No estamos contra el derecho de que cada cual haga lo que quiera con su vida, ni nos oponemos a que exista una agenda de género o de libertad para los LGTB, pero no podemos tolerar ni permitir que se nos imponga esta ideologÃa como cultura en aspecto jurÃdico, ni tampoco aprobamos la imposición de un aborto liberal, ni de una familia del mismo sexo, ni una restricción a las libertades individuales o de expresión. Debemos respetar a los que piensan diferentes, pero debemos condenar todo lo que consideremos pecaminoso, inmoral e incorrecto que dentro de la sociedad se trate de imponer jurÃdicamente. Una cosa es ser tolerante a permisivo.
El ideario moral de un partido polÃtico tiene mucho que ver a la hora de votar y elegir a los gobernantes, y los pastores estamos en la obligación de escudriñar el contenido ideológico y moral de cada partido y candidato, para dar directrices a nuestro pueblo, y no respaldar a ningún polÃtico o partido que atente contra las verdades tradicionales, morales y cristiana de nuestra sociedad.
Sabemos que existe un poder económico muy poderoso detrás de la agenda globalista que promueve la ideologÃa del género, y ellos tratarán por todos los medios de usar su poder económico para financiar a los polÃticos afines a su agenda gay, y aunque estos no representan ni siquiera un 10% de la población mundial, pueden comprar, manipular e incluso respaldar movimientos polÃticos, y es ahà en donde nosotros tenemos que estar en alerta, no vayan ser que queriendo buscar un buen gobierno para el paÃs, caigamos en la trampa de abrir las puertas a todas esas legislaciones que van contra los valores tradicionales de la familia y que tristemente ya se han implantado en muchas naciones.
La iglesia debe ser apolÃtica, pero defensora de las libertades y valores tradicionales de la familia. No debemos señalar a un partido, pero sà debemos educar a nuestros miembros para que puedan discernir no solo el aspecto económico y de polÃticas sociales, sino el respeto a las tradiciones culturales, cristianas y morales sobre la cual se ha edificado nuestras naciones de corte cristiano.
Quizás en un próximo artÃculo podamos definir más especÃficamente cuál es la agenda que no debemos permitir que se politice, y que atenta contra los principios tradicionales, tanto de nuestra cultura como de nuestra fe cristiana, pero eso será otro artÃculo.