Radio América. ”La inseguridad y la violencia en el país es una realidad dramática que están padeciendo miles de familias», señaló este jueves el obispo Ángel Garachana, al referirse a la muerte del sacerdote José Enrique Vásquez, quien fue encontrado con varios impactos de arma de fuego en un sector del norte de Honduras.
”La inseguridad y la violencia en el país es una realidad dramática que están padeciendo las familias, porque cuando una persona es asesinada, pues quedan sufriendo esposas, hijos familiares y amigos», dijo el religioso ante periodistas.
Asimismo, lamentó que ahora es la Diócesis de San Pedro Sula la queda sufriendo por la muerte de su sacerdote.
«El crimen organizado, el narcotráfico y el delito común sigue dominando en el país, y ahora le toca a la familia del padre Enrique Vásquez”, subrayó.
“No tengo ninguna hipótesis del porqué le han matado”, expresó el obispo Garachana, luego de confirmar que el cuerpo de Vásquez fue localizado en Medicina Forense de San Pedro Sula, norte del país, donde fue identificado y reclamado por sus familiares.
El religioso indicó que el sacerdote recibió «varios disparos de bala», por lo que fue trasladado a un centro hospitalario, donde falleció debido a la gravedad de sus heridas, y pidió a las autoridades investigar el crimen y castigar a los responsables.
Vásquez, quien fue reportado como desaparecido este miércoles, era el párroco de San José de Medina de la Diócesis de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país centroamericano.
Garachana afirmó que Vásquez, de 44 años, nunca le mencionó que haya sido víctima de amenazas y comentó que el vehículo del sacerdote fue encontrado en el municipio de Victoria, departamento de Yoro, norte del país, donde el religioso había estado visitando a su madre.
Información: Reynel Gutiérrez y EFE
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