Radio América. En la eucaristía dominical el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, exhortó a los hondureños invitar a Jesús ha quedarse en sus casas en medio de este difícil tiempo de confinamiento en el país ante la pandemia del coronavirus.
El líder de la iglesia católica en Honduras hizo referencia este domingo a la historia bíblica del camino a Emaús en la que Jesús hace su primera aparición a sus discípulos días después de haber sido crucificado.
La historia relata como dos de los discípulos caminaban hacia una villa llamada Emaús platicando y discutiendo sobre todo lo que acababa de suceder en Jerusalén apenas uno días antes.
Al paso de unas horas el tercer hombre iba continuar su camino, sin embargo estos le solicitaron que se quedara puesto que ya era tarde, fue entonces que a la hora de la cena aquel personaje bendijo la comida y se percataron con asombro que aquel extraño hombre era el mismo Hijo de Dios resucitado.
En esa línea el cardenal Rodríguez manifestó que la historia de Emaús muchas veces puede ser nuestra vida cargada de dificultades e insatisfacciones y tristezas.
“¿Qué sentido tiene estar encerrados en nuestras casas sin poder salir y desarrollar las actividades que cada uno teníamos antes de la pandemia?”, preguntó con reflexión el líder religioso.
El prelado católico respondió diciendo que en este tiempo el único deseo de Jesús es permanecer en cada uno de nuestros hogares y familias en donde se le pueda “dar un espacio para hablarnos”.
“Jesús no quiere ser un intruso en nuestra vida, quiere quedarse, pero depende de nuestra voluntad”, agregó.
En medio de este complejo aislamiento social por emergencia sanitaria, el arzobispo de Tegucigalpa invitó a la ciudadanía a abrir los ojos como aquellos discípulos a fin de encontrar la verdad y poder “ver claro el futuro”.
En relación a la actualidad que atraviesa el mundo con el COVID-19 el cardenal manifestó que probablemente las dificultades nos hagan sentir el camino cuesta arriba.
Cuando sintamos que el día llega a su fin, expresó Rodríguez en semejanza, digámosle al Señor: “Quédate con nosotros, quédate con esta Honduras que es tu casa y con aquellos que en nuestra sociedad son más vulnerables”.
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