Cuando su cónyuge se queja del envejecimiento, quizá su salud sufra
En las parejas mayores, los pensamientos negativos de uno de los cónyuges sobre el envejecimiento pueden afectar a la salud del otro cónyuge, indica un estudio reciente.
También encontró que esos efectos difieren según el sexo. Las opiniones de la esposa sobre el envejecimiento se vinculan con la salud fÃsica de su esposo, mientras que la opinión del esposo sobre el envejecimiento se asocian con la salud mental de su esposa.
Los hallazgos sugieren que tener una perspectiva negativa sobre el envejecimiento puede convertirse en una profecÃa autocumplida, según la coautora del estudio, Lydia Li, profesora de trabajo social de la Universidad de Michigan.
Los investigadores analizaron los datos de casi 6,000 estadounidenses de a partir de 50 años y sus cónyuges.
Encontraron que las mujeres con unas opiniones menos negativas sobre el envejecimiento son más propensas a cuidar de su propia salud y a animar a sus esposos a buscar atención de la salud y a seguir los consejos del médico.
Pero las mujeres con unas opiniones más negativas sobre el envejecimiento son menos propensas a cuidar de su propia salud o la de su cónyuge.
Los investigadores también encontraron que las perspectivas negativas de un esposo sobre el envejecimiento pueden afectar a los sÃntomas de depresión de su esposa, pero no su salud fÃsica, según el estudio, que se publicó en una edición reciente de la revista Journal of Aging and Health.
«El hecho de que la autopercepción del esposo sobre el envejecimiento no se asocie con la salud fÃsica de su esposa ofrece más respaldo a la idea de que, en general, las mujeres son las que hacen el trabajo del cuidado de la salud en el contexto de la pareja», comentó la autora principal del estudio, Meng Sha Luo, profesora asociada de sociologÃa de la Universidad de Zhejiang, en China.
Las diferencias sexuales identificadas en el estudio sugieren que las autoridades de la atención de la salud deben prestar atención a la influencia de los cónyuges cuando creen programas para mejorar la salud de los adultos mayores.
Por ejemplo, cuando los esposos tienen problemas de salud importantes, mejorar su propia salud, además de la opinión de sus esposas sobre el envejecimiento podrÃa resultar útil, sugirió Li.
Y cuando las esposas tienen sÃntomas de depresión, quizá se beneficien de los esfuerzos por mejorar las opiniones negativas sobre el envejecimiento de ellas mismas y de sus esposos.
Las investigaciones anteriores han mostrado que muchos hombres adultos se muestran renuentes a reconocer sus problemas de salud o a buscar ayuda, quizá porque hacerlo supone una amenaza para su sentido de la masculinidad.
«En estos hombres, los esfuerzos por implicar a sus esposas podrÃan ser un método factible, y ser beneficiosos para ambos cónyuges», añadió Luo en un comunicado de prensa de la Universidad de Michigan.
Fuente: healthdayÂ