Radio América. Insuficiente presupuesto y falta de personal calificado gestionado por la Oficina de Administración de Bienes Incautados (OABI), ha ocasionado que los animales no estén recibiendo la alimentación y cuidados necesarios en el zoológico Joya Grande.
El Zoológico Joya Grande, es el único con animales exóticos, que fue creado por el cartel narcotraficante de Los Cachiros, quienes por muchos años operó libremente en Honduras.
Cebras, hipopótamos, avestruces, mangostas, camellos, canguros, leones africanos, tigres siberianos, búfalos y muchas otras especies exóticas formaban parte del ecoparque en ese momento.
Después de que el zoológico fuera entregado a la Oficina de Administración de Bienes Decomisados (OABI), la atención a todos los animales ha disminuido, y muchos animales muriendo de enfermedades en los últimos cuatro años, según informes de los medios hondureños.
Dilcia Méndez, administradora del lugar, explicó ante un medio de comunicación digital, que el zoológico es auto sostenible, por lo que no recibe fondos de la OABI
También, puntualizó que Joya Grande cuenta con unos 38 empleados, de los que solo 18 están al cuidado alrededor de 400 animales.
Muerte de Big Boy
El fallecimiento de la querida jirafa conocida como Big Boy, ocasionó consternación en los hondureños, su muerte se produjo por problemas estomacales, según informaron desde la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI).
Inmediatamente después de la muerte de la jirafa Big Boy en el Zoológico de Joya Grande el 7 de febrero de este año, la fiscalía especial ambiental dijo que investigaría la causa de su muerte.
Asimismo, el Ministerio Público desplazó un equipo especial para verificar si la muerte de la jirafa, está relacionada a falta de asistencia para deducir responsabilidades.
La información fue confirmada por Elvis Guzmán, vocero del Ministerio Público (MP) de la Región Norte, quien aseguró que se investiga la causa de la muerte de Big Boy y el estado del zoológico.
La jirafa era la estrella del Zoológico Joya Grande, que alberga a decenas de animales en el norte de Honduras, y que fue incautada por el gobierno en 2013 al cártel de «Los Cachiros» tras entregarse a las autoridades estadounidenses.