El próximo viernes 17 de junio se dará la resolución de la audiencia de proposición de pruebas en la causa instruida contra el excapitán de las Fuerzas Armadas, Santos Rodríguez Orellana, su esposa Jennifer Lizzeth Bonilla y su suegra Reina Lizeth Bonilla, a quienes se les supone responsables del delito de lavado de activos.
De esta manera, la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) esperaría que la valoración de los criterios de admisibilidad de la prueba por parte del tribunal sentenciador, presupongan la aceptación de la totalidad de los medios probatorios del ente acusador y a la vez que el anuncio de la fecha del juicio oral y público sea para lo más pronto posible.
A los tres encausados, en noviembre del año anterior la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) les dio captura mediante la ejecución de nueve allanamientos de morada en Tegucigalpa, Francisco Morazán y Yamaranguila, Intibucá, donde además se aseguraron 15 bienes inmuebles, siete sociedades mercantiles y 10 vehículos, mismos que fueron traspasados a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI).
De acuerdo a las investigaciones iniciadas años atrás, Santos Orellana realizaba operativos en la zona de Gracias a Dios y al encontrar dinero u droga no la declaraba en su totalidad quedándose con parte de lo incautado y las armas decomisadas eran llevadas a un grupo delictivo de La Ceiba denominado ZIPE.
Del mismo modo, Rodríguez Orellana habría participado en decomisos de vehículos donde se transportaban millonarias cantidades de dólares y según testigos también está involucrado en la muerte de muchas personas incluido un informante de la Administración de Control de Drogas (DEA).
Asimismo, en escuchas telefónicas se comprobó que este negociaba entregas de drogas luego que era robada a otras organizaciones criminales en el sector de La Mosquitia. Todo este dinero consecutivamente era enviado a su esposa y suegra, según la investigación.
De acuerdo al análisis financiero, durante el tiempo del excapitán en las Fuerzas Armadas recibió en concepto de ingresos brutos más de dos millones y medio de lempiras y en salarios netos 813 mil 918 lempiras.
Sin embargo, su núcleo familiar (esposa y suegra) tuvieron de acuerdo a los análisis bancarios y las fuentes de ingresos en el periodo comprendido entre los años 2010 a 2020, más de 238 millones de lempiras no justificados, desconociéndose el origen de las transacciones en el sistema financiero y las inversiones en la adquisición de activos fijos y sociedades mercantiles.