Radio América. El programa de opinión y debate Doble Vía fue el escenario hoy para que el exembajador de Honduras en Cuba, Andrés Pavón, contará algunas interioridades de su separación como diplomático del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, la que cree que es una posible venganza.
«Lo cuestionable es la forma en la que se generó mi retorno ya que se había hablado de una rotación. Sospecho que mi destitución viene porque denuncié que la Cancillería no había pagado el alquiler de la sede diplomática «, explicó Pavón, también defensor de derechos humanos.
Hace unas semanas se le destituyó del cargo y se nombró a Olivia Zúniga Cáceres (hija de la extinta Bertha Cáceres) en su lugar. Pavón dice que se le había notificado que sería rotato, sin embargo, no lo respetaron y le quitaron la inmunidad diplomática, lo que lo dejó ilegal en la isla.
«El vicecanciller Gerardo Torres, creo que así se llama, dijo que los funcionarios en el Servicio Exterior eran personas inexpertas. Le contesté que también él era un inexperto. Con el otro vicecanciller, Antonio García, dijo que ya tenían preparado mi acuerdo de salida y lo hizo a prisa, se nota en el documento», expresó Pavón.
Cuestionó el papel del canciller Eduardo Reina, el que cree, no se atrevería a despedir un embajador sin el visto bueno de la presidenta. «El canciller casi ni da la cara, es el vicecanciller Tony García la imagen de la Cancillería», opinó.
Denunció que no se respetaron los tres meses de preaviso de que va a ser destituido como manda la Ley, eso para que un embajador no deje deudas y pueda despedirse del cuerpo diplomático del país donde sirve. «Me suspendieron la inmunidad y eso fue grave, me da una especie de atención al caso, había un tipo de rencor, se vengaron de alguna manera», afirmó Pavón.
El hecho de que le hayan quitado la inmunidad diplomática, provocó que quedara ilegal en Cuba – indicó Pavón – que su caso es único en Honduras y que sus demás colegas creían que el nuevo Gobierno estaba haciendo un quiebre en sus relaciones internacionales.
«Me quitaron la condición de embajador, me dejaron ilegal sin pasaporte diplomático, quedé ilegal en Cuba. Debíamos tres meses a la inmobiliaria, hablé con ellos y yo pagué dos meses de mi dinero, son $6,000 dólares que pagué de mi dinero y que me los debe el canciller porque él fue el que hizo todo este movimiento», denunció el exembajador. Agregó que sus cosas las dejó en un contenedor.
Posible venganza
Andrés Pavón especuló que su destitución es producto de una venganza de la presidenta Castro, ya que él se atrevió a señalar a su padre ya fallecido, Irene Castro junto al empresario Miguel Facussé (también ya fallecido) en un crimen.
«Sospecho que quiso vengarse la presidenta, es lo que no se y me gustaría saberlo, yo los acompañé en el golpe de Estado, yo era la persona que le metía los alimentos al presidente Zelaya en la Embajada de Brasil, yo lidiaba con los militares porque tenían unos perros que le olían la comida», recordó.
Dijo que antes del golpe de Estado nunca conoció a la presidenta, que la acompañó a Alauca en El Paraíso y que en varias ocasiones la visitó para tomar decisiones sobre el retorno del expresidente Zelaya.
«Sospecho cosas, yo he denunciado a muchos violadores de derechos humanos y recuerdo que tuve una demanda judicial por parte de Miguel Facussé, él tenía un asesor legal, el abogado Irene Castro, el padre de la señora presidenta. En algún momento un amigo fue víctima de un horrendo crimen en Tocoa, Carlos Escalera», relató Pavón.
«La Corte Interamericana de Derechos Humanos mencionó que este señor (Irene Castro) participó en las condiciones para que se diera este crimen y de eso yo supongo que vendría una venganza, si existiera, por allí podría ser, la demanda no procedió en mi contra», explicó.
Concluyó señalando que él lo que exige es respeto, que es fundador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que es amigo del expresidente Zelaya y que tiene un altísimo respeto por el exmandatario Juan Orlando Hernández, quien lo mandó al Servicio Exterior junto a su familia ya que estaba en peligro en Honduras.
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