Radio América. Al menos seis pandilleros murieron de manera violenta la mañana del lunes en la denominada “cárcel de máxima seguridad” en Ilama, Santa Bárbara, occidente del país.
El subdirector de Desarrollo Institucional del Instituto Nacional Penitenciario (INP), el comisionado Robert Ordoñez, manifestó en ese sentido que ya se están haciendo “los trabajos necesarios”.
El funcionario penitenciario indicó que pese a haberse trabajado en otros casos el equipo encargado afronta un nuevo reto “bastante difícil” por tratarse del supuesto pleito a lo interno en una pandilla considerada de alta peligrosidad.
“En base a eso creo que se van a ocultar muchas cosas, pero será la expertiz de nuestros elementos poderlo esclarecer y hacerlo de la mejor forma”, expresó a esta casa de radio.
El subdirector de Desarrollo Institucional del INP es del criterio que el desarrollo de las investigaciones les tomará un buen tiempo “pero es un deber actuar transparentemente”.
Preliminarmente se indicó que los 6 reclusos de la pandilla 18 murieron por asfixia en una especie de ajusticiamiento de su organización, sin embargo, los cadáveres presentaban golpes de consideración.
En ese sentido indicó que serán las autoridades forenses las que brindarán un dictamen para determinar si se hizo uso de armas para acabar con la vida de dichos internos.
Ordoñez respondió que lo ocurrido en “El Pozo I” no es una situación meramente de Honduras, sino que son hechos que se presentan en cárceles de varios países del mundo.
El comisionado del INP reiteró que la Policía investiga la masacre a lo interno de la pandilla 18 y mencionó que si existen agentes involucrados se deducirán responsabilidades.
“Los compañeros de las Fuerzas Armadas cuando estaba a cargo de los centros penales enfrentaban un gran reto y nosotros los mismos, pero en base a eso se está trabajando”, apuntó.
El funcionario hondureño anunció al respecto operativos de registro en distintos centros a modo de obtener resultados positivos para que impere la seguridad y el respeto a los derechos humanos de la población privada de libertad.