Por J.E. Mejía Uclés: En ocasión de la celebración del Bicentenario de la Independencia Patria, quiero referirme al Plan Pacífico de Independencia, ensayo del Profesor Horacio de Jesús Cabezas Carcache, Docente de la Universidad de San Carlos de Guatemala, cuyos conceptos precisos y claros comparto, por haber sido redactados en un Ensayo, que enfoca de forma precisa él como y él porque nos independizamos de España sin haber tenido la madurez política mucho menos cívica para llegar a concluir tal propósito.
El habernos separado de la Metrópoli, nos condujo a las guerras, a las luchas fratricidas entre conservadores y liberales, a partir de 1822, al producirse la invasión de Guatemala por parte de El Salvador, y la ingerencia de de políticas y capitales europeos sobre todo de la Gran Bretaña, que tuvo en la figura de Federico Chatfield, uno de sus representantes más conspicuos, que no sólo dio y propició la protección de la Costa de los Mosquitos, sino también la apropiación arbitraria de Roatán, Islas de la Bahía, así como también Belice, y posteriormente al filibusterismo norteamericano de William Walker. Terminando con la Anexión a México en tiempos de Agustín de Iturbide; y el intento de integración con la formación de la República Federal de Centro América.
Dicho llanamente, el problema en aquel entonces era el de si la Gran Bretaña tenía derecho o no a reclamar como suya alguna porción de la América Media continental y sus islas adyacentes. Al principio, la controversia se suscitó sobre el status de Honduras Británica propiamente dicha, a lo que actualmente se conoce como Belice; en aquel entonces abarcaba las Islas de la Bahía en el Golfo de Honduras, especialmente la estratégica Isla de Roatán, y con el tiempo vino a involucrar el derecho de Inglaterra para ejercer un protectorado en las Costas de la Mosquita, que hoy en día abarca parte de la costa atlántica de Honduras, toda la de Nicaragua y una porción de la de Costa-Rica. Dicho en otras palabras, el problema durante el siglo diecinueve cubría más territorio del que en la actualidad se disputan Guatemala e Inglaterra, por el Distrito de Toledo, esto es lo que históricamente se conoce como el caso Honduras.
Sobre este tan debatido tema ya Alejandro Marure, a mediados del siglo XIX, publicó el Bósquejo histórico de las revoluciones de Centro América desde 1811 hasta 1834 y Efemérides de los hechos notables acaecidos en la república de Centro América desde el año de 1821 hasta el de 1842, continúan siendo las interpretaciónes más objetivas en torno al proceso independentista.
Es necesario puntualizar las diferencias existentes entre las oligarquías de las provincias y la de la capital, en este caso Guatemala, en especial la de los poquiteros salvadoreños que vendían añil y los ganaderos nicaragüenses y hondureños, enfrentados a los grandes comerciantes guatemaltecos como los Aycinena. Esta lucha de poder y antagonismo entre las clases dominantes, fue la causa principal de las sublevaciones de 1811 en San Salvador, León y Granada; la Conspiración de Belem en 1813; y la Sublevación de 1814 en San Salvador, reprimidas y apaciguadas por los intereses de los que en 1821 promovieron la Declaración de Independencia. Siempre he afirmado que nuestra Independencia tuvo un trasfondo económico.
El Plan Pacífico de Independencia, fue elaborado y promovido por la familia Aycinena con el apoyo de un determinado sector liberal, cuyo objetivo principal era mantener el status quo político, que garantizaría los intereses de los grandes comerciantes de Guatemala. Por ello es importante hacer notar, que para llevar adelante el Plan solicitaron el apoyo de Agustín de Iturbide, ofreciéndole a cambio anexar a México lo que había sido el Reino de Guatemala, como lo confirma la carta del Marqués Juan José de Aycinena al Intendente de Chiapas Manuel Ramírez Páramo en la que le indicaba que trabajaba incesantemente por lograr la unión de estas provincias al imperio mexicano.
En el salón de la Capitanía General, sólo permanecieron Gavino Gaínza, los representantes de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Nueva Guatemala de la Asunción, Miguel Larreynaga, José Cecilio del Valle, Oidor del Reino, (Ministro togado que en las audiencias del Reino oía y sentenciaba las causas y pleitos), por lo tanto un funcionario público, redacto el acta de Independencia pero no la firmó. En realidad éstos fueron los que decidieron el contenido del Acta de Independencia, la que fue firmada por Gaínza, el Secretario de la Audiencia , los miembros de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Nueva Guatemala de la Asunción, este último controlado por Mariano de Aycinena.
Los grandes comerciantes de Nueva Guatemala de la Asunción se organizaron en el Consulado de Comercio para defender sus intereses. El Rey Calos IV autorizo su funcionamiento en 1793.Su primer Prior fue el Marqués de Juan Fermín de Aycinena. Los Aycinena, que con una reata de 4.000 mulas manejaron el Consulado de Comercio, comerciando por toda Centro América, protegiendo sus intereses económicos y fomentando la anexión a México, quien soñaba con quedarse con los países del Sur, como se quedó con Chiapas y Soconusco. Así es la historia, los intereses externos siempre han sido los que han manejado esta Centro América nuestra. Feliz Bicentenario.