San José, (EFE).- El Saprissa, uno de los equipos más populares de Costa Rica, anunció este lunes un veto permanente a la barra brava «La Ultra Morada», luego de que el domingo algunos de sus integrantes se enfrentaran a la policía durante el partido contra el Alajuelense.
El presidente del club, Juan Carlos Rojas, dijo a Radio Columbia que la directiva le dio demasiadas oportunidades a La Ultra y que los hechos del domingo fueron «la gota que derramó el vaso».
«Ya esto se acabó. Hoy es un paso histórico para el Saprissa y creo que vamos a ver un estadio muy diferente», declaró Rojas.
El presidente del Saprissa aseguró que el club hará «todo lo humanamente posible para que esto no se repita» y que si observan que la barra se organiza en alguna parte del estadio «la vamos a sacar».
Además del veto, el club tomará otras acciones como la transformación a «sol familiar» de la tribuna sur del estadio Ricardo Saprissa, donde se ubicaba la barra.
Esta transformación consistirá en prohibir el ingreso de la barra y entregar las entradas a niños, familias, organizaciones de bien social y bandas musicales.
Otra acción que analiza el Saprissa es poner sillas numeradas en la tribuna sur, pues en la actualidad no existen.
«Lo que queremos proyectar son cosas positivas, que el fútbol sea agente de cambio positivo, que las familias disfruten el fútbol y que nadie esté expuesto a lo que sucedió ayer», afirmó Rojas.
Según el Saprissa en los últimos años había vetado a cerca de 150 integrantes de La Ultra que cometieron hechos violentos, como resultado del uso de un sistema de vigilancia con cámaras y de empadronamiento en la tribuna sur.
Rojas afirmó que el club será «más estricto de lo que hemos sido» porque los hechos violentos «manchan la imagen del fútbol y del equipo».
La barra «La Ultra Morada» comenzó a funcionar en el estadio Ricardo Saprissa en 1995 para apoyar el equipo, pero con el pasar de los años protagonizó episodios de violencia contra otras barras y la policía.
En los últimos años el Saprissa prohibió el ingreso de barras organizadas de los equipos rivales, lo que redujo al mínimo los hechos violentos.
Sin embargo, el enfrentamiento de la barra con la policía el domingo, que obligó al árbitro a detener por unos 10 minutos el partido contra el Alajuelense, fue la gota que derramó el vaso.
El partido era transmitido a nivel internacional por un canal de cable y, según medios locales, algunos patrocinadores expresaron al club su descontento con los hechos violentos. EFE
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